Our culture is worth it / Nuestra cultura vale (eng-esp)

Hello, friends

I've always believed that my identity as a Cuban is a treasure made up of rhythms, flavors, stories, and a resilience that runs through my veins.

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But in an increasingly digital world, I wonder: where are our voices, our thoughts, in this vast virtual universe?
They're lost, diluted among the millions of websites and Reels on Instagram or TikTok. It's been doing so for a long time.

I've come to the conviction that it's urgent and necessary to foster cultural diversity, not only on our streets, but also on the blockchain and social media.

First, because showcasing our culture, regardless of the country, means making it known to the world.
Take, for example, the blockchain, with its international reach and decentralized nature. This could be the global platform of the 21st century.
By uploading our music, our digital art, or even recording ancestral traditions, we ensure that a son montuno, a painting by a local artist, or the history of a Havana neighborhood, its food, its slang, transcend physical borders and the algorithms of a few platforms.

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It's our opportunity to be seen and heard in our authenticity, without intermediaries diluting our message.

https://pixabay.com/photos/kimono-woman-umbrella-parasol-1822520/

Second, because our culture, whatever it may be, is intrinsically rich and interesting. It's not about competing, but about contributing to the global mosaic.
Blockchain, as a permanent record, allows us to document the complexity of our traditions, the depth of our cuisine, or the evolution of our slang, proving that every cultural detail has incalculable value and a unique history that deserves to be preserved for future generations, not as a relic, but as a living legacy.

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And finally, and most profoundly, in this way we give value and its rightful place to our history.
For too long, dominant narratives have told only one side of the story.
By inserting our culture into these new spaces, we not only preserve it, but we assign it tangible value.
We can reclaim our history, placing it on the pedestal it always deserved, ensuring that the world recognizes that our culture is not just folklore, but the essence of a resilient and vibrant people. It is an act of digital sovereignty and a tribute to our ancestors.

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Versión en español

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Hola, amigas

Siempre he creído que mi identidad como cubana es un tesoro compuesto de ritmos, sabores, historias y una resiliencia que corre por mis venas.

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Pero en un mundo cada vez más digital, me pregunto: ¿dónde queda nuestra voz, nuestros pensamientos, en ese vasto universo virtual?
Se pierde, se diluye entre los millones de páginas webs y Reels de Instagram o TikTok. Lo lleva haciendo hace mucho tiempo.

He llegado a la convicción de que es urgente y necesario fomentar la diversidad cultural, no solo en nuestras calles, sino también en la blockchain y las redes sociales.

Primero, porque mostrar nuestra cultura, independientemente del país que sea, es darla a conocer al mundo.
Tomemos, por ejemplo a la blockchain con su alcance internacional y naturaleza descentralizada. Está podríaa ser la plataforma global del siglo XXI.
Al subir nuestra música, nuestro arte digital o incluso registrar tradiciones ancestrales, garantizamos que un son montuno, un cuadro de un artista local o la historia de un barrio habanero, su comida, su jerga, trasciendan las fronteras físicas y los algoritmos de unas pocas plataformas.

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Es nuestra oportunidad de ser vistos y escuchados en nuestra autenticidad, sin intermediarios que diluyan nuestro mensaje.

https://pixabay.com/photos/kimono-woman-umbrella-parasol-1822520/

Segundo, porque nuestra cultura, cualquiera que sea, es intrínsecamente rica e interesante. No se trata de competir, sino de contribuir al mosaico global.
La blockchain, al ser un registro permanente, nos permite documentar la complejidad de nuestras tradiciones, la profundidad de nuestra gastronomía o la evolución de nuestro slang, demostrando que cada detalle cultural tiene un valor incalculable y una historia única que merece ser preservada para las generaciones futuras, no como una reliquia, sino como un legado vivo.

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Y por último, y más profundamente, de este modo le damos valor y el lugar que le corresponde a nuestra historia.
Durante demasiado tiempo, las narrativas dominantes han contado una sola parte de la historia.
Al insertar nuestra cultura en estos nuevos espacios, no solo la preservamos, sino que le asignamos un valor tangible.
Nosotros podemos reivindicar nuestra historia, colocándola en el pedestal que siempre mereció, asegurando que el mundo reconozca que nuestra cultura no es solo folclor, es la esencia de un pueblo resistente y vibrante. Es un acto de soberanía digital y un tributo a nuestros ancestros.