Doing what I don't like / Hacer lo que no me gusta (eng-esp)

Hello, friends.
The other day I was talking with my children about the need for them to take responsibility around the house as they grow up.

They're still young, but I think if I don't start teaching them now, when they're older—or rather, older—it'll make this task more difficult.

So, I started with simple things like, for example, taking their glasses and plates to the sink once they're done using them at the table.
I asked my oldest to help me take out the trash, at least once a week.
Of course, I started this conversation with their father, explaining that since they're already grown and strong, and we're getting older, we need their help. So we told them other things to feed their egos and make them feel strong, grown-up, and important.
Although, well, in reality, they're older now, stronger, and will always be important to us.
Of course, they were happy to help and said yes; they showed the greatest willingness in the world... until it came time to complete the assigned task.

When I asked them why they didn't keep their word after they'd given it to me, they told me they didn't like doing that.
And this post originated from that conversation.

How many of us adults perform daily tasks that we don't enjoy doing?

I believe that if we all could, we would make a living from art, and perhaps on an island or a world cruise, exploring lands unknown to us. Or any other similar dream.
What I'm almost certain of is that none, or almost none, would decide to work. And I'm not just referring to paid work, but to work in general. Work around the house, with the children, with the family, etc.

That's why I brought them back together (my husband and my children), and the first thing I complained about was the fact that they had given me their word, only to break it later.

We have to keep our word, because the trust and respect we will earn with other people, with whom we will interact for the rest of our lives, depend on it.

A word is a promise, and promises are not broken. That's what I've always taught them.

Then we walked them around the house, showing them the various activities their father and I do during the day.

Every time we showed them something—for example, cleaning the toilet, washing the food and vegetables, cooking, or washing, just to name a few—we asked them if they thought we liked doing it.

The younger one said he didn't think we liked them, while the older one, just to contradict us, said yes. But I know him very well and I know when and why he behaves that way. So I asked him if he was sure about what he was saying and became very serious. He immediately reacted and changed his answer to a "no," which he said sadly, regretfully.

Unfortunately for all of us, life is made up of hundreds of tasks that give us no pleasure. However, they must be done in any area, in any sphere of life. We're surrounded by tasks that are either unpleasant or laborious, but we have to do them for our own good, for the good of our family, or both.

That's what life is all about. Besides, I told you that the older you get, the more responsibilities you'll have.
That's why it's so important to start learning how to handle them now.

---

En español

---

Hola, amigos.
El otro día estuve conversando con mis hijos sobre la necesidad de que fueran tomando responsabilidades en la casa, ya que están creciendo.
Aún son pequeños, pero creo que, si no comienzo a enseñarles desde ahora, cuando sean grandes, o mejor dicho, más grandes, me va a hacer más difícil esta tarea.

Por tanto, comencé por cosas simples como, por ejemplo, llevar sus vasos y sus platos hacia el fregadero, una vez que terminen de usarlos en la mesa.
Al mayor le pedí que me ayudara en la tarea de botar la basura, una vez a la semana al menos.
Por supuesto, comencé esta conversación junto a su padre y explicándoles que, como ya ellos están grandes y fuertes y nosotros cada vez nos hacemos más viejitos, necesitamos de su ayuda. Así fuimos diciéndoles otras cosas para alimentarles su ego y hacerlos sentir fuertes, grandes e importantes.
Aunque bueno, en realidad ya están más grandes, más fuertes y siempre serán importantes para nosotros.
Por supuesto que ellos se sintieron contentos de ayudar y dijeron que sí; mostraron la mejor disposición del mundo... hasta que llegó el momento de cumplir la tarea designada.

Cuando les pregunté por qué es que no cumplían con su palabra, después de habérmela dado, me dijeron que a ellos no les gustaba hacer eso.
Y de esa conversación se origina este post.

¿Cuántos de nosotros adultos, a diario realizamos tareas que nada nos agrada realizar?

Yo creo que si todos pudiéramos, viviríamos del arte y quizás en una isla o algún crucero por el mundo, explorando tierras desconocidas para nosotros. O cualquier otro sueño similar.
Lo que estoy casi seguro es que ninguno, o casi ninguno, decidiría trabajar. Y no solo me refiero al trabajo remunerado, sino al trabajo en general. El trabajo en la casa, con los hijos, con la familia, etc.

De ahí que les volví a reunir (a mi esposo y a mis hijos) y lo primero que les reclamé, fue el hecho de que me dieran su palabra, para luego incumplirla.
Nosotros tenemos que cumplir con la palabra dada, ya que de eso dependerá la confianza y el respeto que nos ganaremos con las demás personas, con las que vamos a interactuar el resto de nuestra vida.

La palabra es una promesa y las promesas no se incumplen. Eso es lo que siempre les ha enseñado.
Luego los paseamos por toda la casa, mostrándole las disímiles actividades que su padre y yo realizamos durante el día.
Cada vez que le enseñábamos alguna, como por ejemplo, limpiar la taza del baño, limpiar las viandas y vegetales, cocinar o lavar, por solo mencionar algunas, les preguntábamos si ellos creían que a nosotros nos gustaba hacerlo.

El pequeño dijo que no creía que nos gustaran, mientras que el mayor, por tal de llevarnos la contraria, nos dijo que sí. Pero yo lo conozco mucho y sé cuándo y por qué se comporta de ese modo. Así que le pregunté si estaba seguro de lo que estaba diciendo y me puse muy seria. Al momento reaccionó y cambió su respuesta para un “no”que dijo con tristeza, arrepentido.

Por desgracias para todos, la vida está compuesta por cientos de tareas que no nos da ningún placer realizar. Sin embargo, hay que hacerlas en cualquier ámbito, en cualquier esfera de la vida. Estamos rodeados de tareas o desagradables o trabajosas, pero qué hay que hacerlas por nuestro bien, por el de nuestra familia, o ambos inclusive.

De eso se trata la vida. Además, les dije que, mientras más crecieran mayor cantidad de responsabilidades van a tener.
Por eso es tan importante que comiencen desde ahora, a aprender a llevarlas.