Infierno en las tribunas (SPA-ENG)
En el día de ayer publiqué algunos datos de interés sobre el circuito de Spa-Francorchamps, escenario en el próximo domingo de una nueva jornada por el campeonato mundial de la Fórmula Uno. Allí decía que en sus orígenes había sido uno de los más largos del circuito, solo superado por otro mítico trazado, el de Nürburgring que ya no se utiliza para esta categoría.
Esos datos me llevaron a recordar otro trazado histórico y de gran extensión que no se ha utilizado nunca para competencias de la máxima categoría, pero si alberga una histórica carrera que forma parte del Grand Slam del automovilismo junto con las 500 millas de Indianápolis y el Gran Premio de Mónaco, me refiero al circuito de la Sarthe en Francia donde se disputan las 24 horas de Le Mans, una carrera de larga duración y resistencia cuya primera edición data de 1923.
El circuito de Le Mans tiene 13.5 km. de extensión y se ha mantenido dentro de esas medidas desde su origen, solo ha tenido modificaciones menores de seguridad y se han actualizado los materiales que componen la pista reemplazándola por más modernos y confiables.
La carrera históricamente se desarrolla en el mes de junio y salvo algunas pocas interrupciones por causas extraordinarias como la segunda guerra mundial o la pandemia en 2019, se mantiene inalterable en el calendario internacional.
Justamente en junio de 1955, 70 años atrás, se produjo en ese trazado la mayor tragedia en una competencia automovilística que recuerde la historia, ese día perdieron la vida 83 personas, un piloto y el resto espectadores que había acudido a presenciar la competencia y a los mejores pilotos de aquellos años.
Según cuentan las crónicas de entonces y la última biografía del "Chueco de Balcarce", el quíntuple campeón mundial de Fórmula Uno, Juan Manuel Fangio, el accidente ocurrió debido a una mala maniobra del británico Mike Hawthorn quien conducía un Jaguar D-Type y se encontraba primero en las posiciones seguido de cerca por Fangio con un Mercedes-Benz 300 SLR, ambos coches se habían mostrado dominantes al extremo de llevarle una vuelta de diferencia a todos los demás pilotos y máquinas.
Por alguna causa nunca dilucidada completamente, Hawthorn hizo una maniobra brusca de frenado para ingresar a boxes luego de sobrepasar a Lance Macklin quien pilotaba un Austin Healey, esto tomó por sorpresa al inglés Macklin quien para evitar llevarse por delante a Hawthorn hizo una brusca y excesiva corrección hacia la izquierda sin percatarse que por detrás suyo venían el francés Pierre Levegh con una vuelta menos y el argentino Juan M. Fangio en lucha por el primer lugar. En un instante se desató un infierno, Leveth no pudo evitar el toque con Macklin y su Mercedes, a 240 km/h levantó vuelo, explotó contra una pared y se desintegró lanzando una lluvia de componentes incandescentes a la tribuna, el cuerpo sin vida de Leveth quedó tendido en el pavimento y 82 espectadores fallecieron víctimas del fuego y del aplastamiento.
Fangio en una maniobra a puro reflejo movió ligeramente el volante hacia la derecha y pasó por centímetros el costado del auto de Macklin, milagrosamente salva su vida.
Increíblemente la carrera continuó mientras bomberos y ambulancias recogían heridos y cadáveres, Mike Hawthorn junto a su compañero Ivor Bueb ganaron esa carrera y en una actitud que causó rechazo generalizado, festejaron con vino espumante en el podio.
Fangio se retiró de la carrera apenas llegó a boxes y se enteró de la magnitud del desastre, no volvió a correr en las 24 horas de Le Mans nunca más, aunque luego de la carrera fue uno de los pocos pilotos que defendió la maniobra de Hawthorn al decir que fue correcta y con tiempo suficiente.
Hawthorn se coronó por única vez como piloto campeón mundial de Fórmula Uno en 1958.
70 años del mayor desastre de toda la historia en una competencia automovilística, luego de ello las condiciones de seguridad se extendieron lentamente, no solamente para los pilotos sino también para el público, aunque debió costar otras muchas muertes a lo largo de los años.
Hell in the stands
Yesterday, I published some interesting facts about the Spa-Francorchamps circuit, the stage for another round of the Formula One World Championship next Sunday. There, I mentioned that it was originally one of the longest circuits, surpassed only by another legendary track, the Nürburgring, which is no longer used for this category.
These facts led me to recall another historic and extensive track that has never been used for top-class racing, but does host a landmark race that is part of the Grand Slam of motorsport, along with the Indianapolis 500 and the Monaco Grand Prix. I am referring to the Circuit de la Sarthe in France, where the 24 Hours of Le Mans is held, an endurance race that dates back to its first edition in 1923.
The Le Mans circuit is 13.5 km long. It has undergone only minor safety modifications and has maintained its track standards, replacing them with more modern and reliable materials.
The race historically takes place in June, and aside from a few interruptions due to extraordinary causes such as World War II or the pandemic in 2019, it remains unchanged on the international calendar.
In June 1955, 70 years ago, the worst motorsport tragedy in recorded history occurred on that track. That day, 83 people lost their lives: a driver and the rest of the spectators who had come to witness the race, witnessing the best drivers of those years.
According to contemporary chronicles and the latest biography of "Chueco de Balcarce," the five-time Formula One world champion, Juan Manuel Fangio, the accident occurred due to a poor maneuver by British driver Mike Hawthorn, who was driving a Jaguar D-Type and leading the standings, closely followed by Fangio in a Mercedes-Benz 300 SLR. Both cars had been dominant, to the point of having a lap lead over all the other drivers and machines.
For some reason that has never been fully explained, Hawthorn braked sharply to enter the pits after overtaking Lance Macklin, driving an Austin Healey. This took Englishman Macklin by surprise, who, to avoid overtaking Hawthorn, corrected to the left, unaware that Frenchman Pierre Levegh, who was one lap behind him, and Argentine Juan M. Fangio were fighting for first place. In an instant, all hell broke loose. Leveth was unable to avoid the collision with Macklin and his Mercedes. At 240 km/h, it took flight, exploded against a wall, and disintegrated, sending a shower of incandescent components into the stands. Leveth's lifeless body lay on the pavement, and 82 spectators died as a result of the fire and the crush.
Fangio, in a reflex maneuver, slightly shifted the steering wheel to the right and passed by inches alongside Macklin's car, miraculously saving his life.
Incredibly, the race continued while firefighters and ambulances collected the injured and the dead. Mike Hawthorn and his teammate Ivor Bueb won that race and, in a move that caused widespread outrage, celebrated with sparkling wine on the podium.
Fangio retired from the race as soon as he arrived at the pits and learned the magnitude of the disaster. He never competed in the 24 Hours of Le Mans again, although after the race, he was one of the few drivers to defend Hawthorn's maneuver, saying it was correct and had been done in plenty of time.
Hawthorn was crowned Formula One world champion for the only time in 1958.
Seventy years after the worst disaster in motorsport history, safety measures slowly became more widespread, not only for the drivers but also for the public, although it must have cost many more lives over the years.
Héctor Gugliermo
@hosgug
Que triste suceso amigo @hosgug, me conmovió cada palabra de lo que has publicado de una manera magnífica, saludos amigo
Así es, el peor accidente de toda la historia del automovilismo de competición.
Saludos @sadiel0102