El expreso (SPA-ENG)
Esta es una historia que no viví en persona, ni siquiera mi padre, que en ese entonces apenas era un niño de paso vacilante y palabras enrevesadas. Solo hablo por recuerdos familiares, de esos que se tratan en reuniones, en las sobremesas de las comilonas de los domingos, cuando todavía existía la costumbre de juntarse todos en casa de los abuelos. Alguna vez llegué a contar 54 parientes entre tíos, parejas, hijos, primos, tantos que no acababa de entender de dónde salían, abuelos y convidados de piedra que nunca faltan completaban la cuenta.
Aquella, mi enorme familia, residía en La Plata donde la gran mayoría de las personas que allí nacieron y viven son simpatizantes de algunos de los dos principales clubes de fútbol de la localidad, se es de Estudiantes o de Gimnasia y Esgrima; no había posibilidad alguna de prendarse de otros colores so pena de padecer la burla o la indiferencia del resto. Como prueba puedo mencionar los 7 hermanos de mi padre: 4 de Gimnasia y 3 de Estudiantes, la abuela neutral.
Una ciudad partida al medio por el fútbol, algo habitual en este país donde se respira ese deporte, ejemplos sobran: Rosario Central y Newell's Old Boys en Rosario, Colón y Unión en Santa Fé, Independiente y Racing en Avellaneda, Talleres e Instituto en Córdoba, Boca y River en una parte de la capital federal y San Lorenzo y Huracán en otra. Es algo a lo que nos acostumbramos y disfrutamos; pese a las diferencias, las peleas, las burlas, uno no es nada sin el otro.
Esta historia ocurrió en 1933, el fútbol en la Argentina llevaba muy pocos años de profesionalismo y no existía la AFA, había dos asociaciones que regían los destinos del deporte más popular del país, la Asociación Argentina de Football que continuaba rigiendo al amateurismo y la recientemente creada Liga Argentina de Football que no estaba reconocida por la FIFA pero era la encargada de organizar y administrar la liga profesional que comenzó su propio torneo en un par de años antes.
Gimnasia venía de ser campeón en 1929, el último año antes del profesionalismo, en 1933 continuaba siendo uno de los equipos más importantes del país pese al siempre escaso presupuesto, se enfrentaba tozudamente con los conocidos y poderosos de siempre: Boca, River, Independiente, Racing y San Lorenzo de Almagro.
Ese año el equipo platense recibió el apodo de "el expreso", mote que le puso el diario Crítica, un periódico muy popular en aquellos años pero que no sobrevivió al paso del tiempo. El sobrenombre hacía alusión a un tren: paso arrollador y regularidad sorprendente. El periodismo elegante de esos años escribió: "corrían como un expreso" y el apodo quedó para identificar a un equipo que sorprendía gratamente.
Gimnasia ganó la primera vuelta de ese largo torneo anual, con un formato como se estilaba por aquellos años, el conjunto dirigido por el húngaro Emérico Hirschl, se mantuvo invicto hasta la fecha 10 ganando 8 encuentros y empatando el restante, incluso con importantes goleadas como el 5 a 2 que le propinó a Boca Juniors, perdió su primer encuentro frente a Independiente pero luego volvió al paso arrollador ganando 4 a 2 a San Lorenzo y 2 a 1 a River Plate, recién volvió a perder en la fecha 17, la última de esa primera vuelta, punteaba el torneo gallardamente y por una buena diferencia.
El ansiado campeonato estaba cerca pero el diablo metió la cola y todo cambió en la segunda parte, según contaban los parientes, asiduos asistentes a los encuentros que disputaba el ahora famoso "expreso", la presión de los poderosos, los malos arbitrajes, las controversias y otros factores provocaron que la locomotora del tren comenzara a empujar menos, como perdiendo presión en la caldera.
El encuentro revancha contra San Lorenzo de Almagro fue el detonante para que el equipo aflojara esa marcha que parecía imparable. Fue 7 a 1 en contra y la mayoría de los goles vinieron gracias a que todo el equipo platense se sentaba en la cancha como forma de protesta por lo que consideraban un mal arbitraje. No había TV, barras bravas, tarjetas ni VAR en esos años, solo los azorados espectadores que poco podían hacer, si hasta concurrían al estadio de traje y sombrero.
El "Expreso Platense" finalizó en cuarta posición ese torneo, con 46 puntos producto de 21 partidos ganados, 4 empatados y 9 perdidos, 7 de ellos en la segunda ronda. Convirtió 90 goles siendo el equipo con más goles a favor, recibió 55 en su propia valla.
Recuerdos por transposición de una época distinta, agridulces, por cierto, pero llenos de emoción y, por qué no, romanticismo.
The express
This is a story I didn't experience firsthand, not even with my father, who at the time was just a child with a hesitant gait and stumbling words. I speak only from family memories, the kind discussed at gatherings, after Sunday meals, when it was still customary to gather at the grandparents' house. I once counted 54 relatives, including uncles, partners, children, cousins—so many that I couldn't quite understand where they came from. Grandparents and uninvited guests, who were always present, completed the count.
That, my extended family, resided in La Plata, where the vast majority of those born and living there are supporters of one of the town's two main football clubs: Estudiantes or Gimnasia y Esgrima. There was no chance of joining another team, lest you suffer the ridicule or indifference of others. As proof, I can mention my father's seven siblings: four from Gimnasia and three from Estudiantes, while my grandmother was neutral.
A city split in half by football, something common in this country where the sport thrives. There are plenty of examples: Rosario Central and Newell's Old Boys in Rosario, Colón and Unión in Santa Fé, Independiente and Racing in Avellaneda, Talleres and Instituto in Córdoba, Boca Juniors and River Plate in one part of the federal capital, and San Lorenzo and Huracán in another. It's something we get used to and enjoy; despite the differences, the fights, the teasing, one is nothing without the other.
This story took place in 1933. Argentine football had only been professional for a few years, and the AFA (Spanish Football Association) didn't exist. There were two associations governing the country's most popular sport: the Argentine Football Association, which continued to govern amateur football, and the recently created Argentine Football League (Liga Argentina), which wasn't recognized by FIFA but was responsible for organizing and managing the professional league, which had begun its own tournament a couple of years earlier.
Gimnasia had just won the championship in 1929, the last year before professional football. In 1933, it remained one of the most important teams in the country despite its ever-limited budget. It stubbornly faced off against the well-known and powerful teams of Boca Juniors, River Plate, Independiente, Racing, and San Lorenzo de Almagro.
That year, the La Plata team was nicknamed "the express," a nickname given to it by the newspaper Crítica, a very popular newspaper in those years but one that didn't survive the test of time. The nickname alluded to a train: its blistering pace and surprising consistency. The elegant press of those years wrote: "They ran like an express," and the nickname stuck to identify a team that pleasantly surprised everyone.
Gimnasia won the first round of that long annual tournament, with a format that was customary in those years. The team coached by Hungarian Emérico Hirschl remained undefeated until matchday 10, winning 8 matches and drawing the remaining one, even with important thrashings like the 5-2 they inflicted on Boca Juniors. They lost their first match against Independiente but then returned to their stride, winning 4-2 against San Lorenzo and 2-1 against River Plate. They only lost again on matchday 17, the last of that first round, and were gallantly leading the tournament by a good margin.
The long-awaited championship was near, but the devil got involved and everything changed in the second half. According to relatives who regularly attended the matches played by the now-famous "express," pressure from the powerful, poor refereeing, controversies, and other factors caused the train's engine to begin pushing less, as if losing pressure in the boiler.
The rematch against San Lorenzo de Almagro was the trigger for the team to slow down that seemingly unstoppable pace. The score was 7-1, and most of the goals came thanks to the entire La Plata team sitting on the pitch in protest of what they considered poor refereeing. There were no TVs, hooligans, cards, or VARs in those years; only the bewildered spectators could do little, even going so far as to show up at the stadium in suits and hats.
The "Expreso Platense" finished fourth in that tournament, with 46 points from 21 wins, 4 draws, and 9 losses, 7 of them in the second round. They scored 90 goals, making them the team with the most goals scored, and conceded 55 own goals.
Transposed memories from a different era, bittersweet, certainly, but full of emotion and, why not, romance.
Héctor Gugliermo
@hosgug
Es por ello que el fútbol, como otros, es mucho más que un deporte porque forman parte de la cultura popular. Además, gracias a muchos hechos irregulares ocurridos en esos años hoy tenemos muchas reglas que han intentado hacer el deporte más justo.
Gracias por compartir estas historias tan apasionantes. Feliz jornada. Salud y saludos.
Es cierto que hay nuevas reglas y adelantos tecnológicos que han mejorado este tema de las injusticias, deslealtades y otras cuestiones; sin embargo, todo parece poco.
Justamente ayer vi una especie de parodia periodística donde una bella reportera creada por IA menciona que se ha decidido que, en vez de arreglar a los árbitros y para evitar polémicas, todos los encuentros que dispute el Real Madrid por la Champions comenzarán con un penal a su favor, se decide legalizar el robo.
Por supuesto, es comedia, pero dicen que siempre lo cómico encierra algo de verdad.
Saludos @tonyes
Estimado amigo, usted no se imagina los bueno recuerdos que tengo de ese club. Aunque soy Cubano en mi universidad estudiaba un argentino llamado Emiliano, el amaba el fútbol y ayudó en una ocasión con la equipación del equipo de la universidad. Las playeras eran del equipo de fútbol que usted hace referencia. Siempre me he preguntado el porque el nombre de ese club?. Mil gracias por su crónica hermano, saludos desde Lima, Perú.
El club de mis amores se llama de esa manera porque cuando se creó en el año 1887, el fútbol no era un deporte tan popular. En aquel momento recién se había fundado la ciudad de La Plata y los clubes sociales y deportivos de aquel momento se dedicaban a la enseñanza y práctica de la gimnasia y juegos de salón principalmente, en ese entonces la esgrima era un deporte muy prestigioso y practicado por muchos, formaba una parte importante de las actividades del "Lobo Platense" que tomó esas dos para componer ese nombre distintivo. Si observas el escudo, aún conserva las espadas cruzadas.
Con el correr de los años, la popularidad del fútbol hizo que muchos clubes lo tomaran como actividad principal, atraía nuevos socios y público para presenciar los encuentros.
Lo de "lobo" es porque el estadio de nuestro club está construido dentro del bosque de La Plata, un parque enorme, arbolado y lleno de espacios de recreación en el centro de la ciudad.
Saludos @pacobeta365.
Gracias por traer éstas estampas del pasado lejano de vuestro fútbol local, a nuestro feed.
Exquisita lectura, como siempre ha sido.
Abrazo fuerte y saludos cordiales a vuestra esposa.
Siempre recordado.
@tipu curate 9
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Gracias amigo @fermionico y por favor transmite mi agradecimiento a @tipu, un tipo simpático.
Saludos para ti y tu esposa también.
Me encantó la manera de abordar la historia, El "Expreso Platense" que interesante de verdad.
Si, ciertamente es una historia interesante, como muchas otras que tienen los deportes.
Saludos @emiliopinosport2