MY NEW STUDENT [ESP-ENG]

ESPAÑOL
Como ya muchos saben soy profesora de Educación Especial, les cuento que Ayer en mi salón de clases me llegó un nuevo estudiante y, aunque no va a estar conmigo me agrado conocerlo, y si, leyeron bien no va a estar conmigo, ya les explico el por qué.


Adonays es un niño de 8 años de edad, que posee como condición discapacidades múltiples, tales como: trastorno motor de origen central, microcefalia, trastorno del sueño y crisis epilépticas focales, todas diagnosticadas neurológicamente, sin embargo a pesar de todos estos diagnóstico es un niño con una sonrisa extraordinaria, siempre con buen humor y pendiente para dar una caricia y un beso a quien lo trate bien.
Por sus múltiples condiciones no lo puedo tener en aula, primero porque el no tiene control cefálico (no puede controlar su cabeza), por ende no se puede sentar, tampoco posee un coche especial, a raíz de esto se debe tener mucha precaución para mantenerlo de la mejor manera, es por ello que, pedagógicamente no puede ser atendido, es está en la escuela para que la especialista en Terapia ocupacional le realice cada una de sus terapias.


Ayer que lo conocí me sorprendió, no por la manera que se ve, que ciertamente a pesar de tener 8 años parece un niño de meses, sino por la actitud que tiene, lo cargue, le hice saber que era su maestra, que estaba allí para él, le mostré una pelota que tengo en el salón que es para estimulación visual, la cual le gustó, ya que la seguía con su mirada y se sonreía a pesar de no poder alcanzarla.

La visita de Adonays a mi salón me hizo reflexionar sobre la vida, sobre el día a día, somos tan inconformes, nos damos mala vida por tan poco, queremos y deseamos cosas tan banales que se nos olvida lo bello e importante de la vida, queremos los mejores zapatos, mientras que un niño como Adonays no puede colocarlo por la forma de su pie, queremos la mejor ropa, mientras niños como él se visten porque le regalan cosas, nos olvidamos de lo simple y lo sencillo, que a fin de cuentas es lo que vale.


Él está conciente, sabe que si condición es fuerte, pero es feliz con las personas que lo rodean, su mamá, aunque es una persona de muy bajos recursos económicos, hace lo posible para poder asistir y llevar al niño a la terapia, su hermanita aunque es menor que él lo quiere, lo respeta y defiende del mundo exterior, definitivamente un estilo de vida digno de admirar y de llevar a reflexión para todo aquel que se lamente de la vida.
Gracias por leer parte de mi, les envío un abrazo cargado de bendiciones.
ENGLISH
As many of you already know, I am a special education teacher. Yesterday, a new student arrived in my classroom, and although he will not be staying with me, I enjoyed meeting him. Yes, you read that correctly, he will not be staying with me, and I will explain why.


Adonays is an 8-year-old boy with multiple disabilities, such as central motor disorder, microcephaly, sleep disorder, and focal epileptic seizures, all of which have been neurologically diagnosed. However, despite all these diagnoses, he is a child with an extraordinary smile, always in a good mood and ready to give a hug and a kiss to anyone who treats him well.
Due to his multiple conditions, I cannot have him in the classroom, first because he has no head control (he cannot control his head), so he cannot sit up, nor does he have a special wheelchair. Because of this, great care must be taken to keep him in the best possible condition. That is why, pedagogically, he cannot be taught. He is at school so that the occupational therapy specialist can carry out each of his therapies.


Yesterday, when I met him, he surprised me, not because of the way he looks—even though he is eight years old, he looks like a baby—but because of his attitude. I picked him up, told him I was his teacher and that I was there for him, and showed him a ball I have in the classroom for visual stimulation, which he liked as he followed it with his eyes and smiled even though he couldn't reach it.

Adonays' visit to my classroom made me reflect on life, on everyday life, we are so dissatisfied, we make our lives miserable over so little, we want and desire such trivial things that we forget the beauty and importance of life. We want the best shoes, while a child like Adonays cannot wear them because of the shape of his feet. We want the best clothes, while children like him dress because they are given things. We forget the simple and the basic, which in the end is what really matters.


He is aware that his condition is serious, but he is happy with the people around him. His mother, although she has very limited financial resources, does everything she can to attend and take him to therapy. His little sister, although younger than him, loves him, respects him, and defends him from the outside world. It is definitely a lifestyle worthy of admiration and reflection for anyone who complains about life.
Le doy gracias a Dios por personas como la profesora, que con su mirada limpia y su corazón abierto nos enseñan a ver la vida con otros ojos. Hoy leí el post de la amiga, y no pude evitar sentir un nudo en el alma. Porque a veces nos perdemos en lo superficial, en lo que no importa, y olvidamos lo esencial.
Adonays, con su ternura y su forma especial de ser, nos recuerda que la felicidad no está en lo que tenemos, sino en lo que damos y en cómo vivimos. Él no necesita zapatos perfectos para sonreír, ni ropa costosa para sentirse amado. Su alegría nace de lo simple, de lo sincero, de lo humano.
Gracias, Dios, por cada niño que nos enseña a valorar lo que realmente importa. Gracias por cada maestro que toca vidas con amor, paciencia y entrega. Gracias por la diversidad, por los caminos distintos, por los corazones que laten con fuerza aunque el mundo no los entienda.
Hoy quiero vivir con más gratitud, con más humildad, con más amor. Porque hay miles como Adonays, y cada uno es un milagro. Y hay miles como la profesora, que hacen del mundo un lugar más justo, más tierno, más humano.