¿Hemos enjaulado al amor? Lo que pienso sobre el día de San Valentín

Es por todos muy conocido que cada 14 de febrero se celebra el día del amor y la amistad, o popularmente conocido como día de San Valentín. Personalmente me gusta llamarlo así, porque me hace pensar en el sentido histórico de esta festividad.

El 14 de febrero es una fecha grabada a fuego en el calendario comercial, adornada con corazones de peluche al extremo, rosas rojas y chocolates por doquier. Pero, me hago dos preguntas: ¿Qué es lo que está detrás de este frenesí consumista? ¿Qué significa realmente celebrar el amor en una sola fecha, bajo la presión de las expectativas sociales?

Siempre me he negado a tragarme el cuento rosa de San Valentín sin antes analizar un poco. Pero, debo decir que este día me genera una profunda ambivalencia, pero, antes de mencionarles lo que esta festividad me hace pensar, me gustaría comentar a nivel histórico el origen de esta fiesta.

El origen histórico del Día de San Valentín se remonta al siglo si no me equivoco al siglo III en Roma, el Emperador de la época prohibió los matrimonios entre jóvenes, ya que consideraba que los solteros eran mejores soldados y que estar comprometidos era nocivo para la eficacia de un soldado. Pero, como siempre no todos están de acuerdo con las decisiones que se toman en la sociedad, y en oposición a esta norma, se dice que un sacerdote llamado Valentín comenzó a celebrar en secreto matrimonios de jóvenes enamorados, lo que le valió ser condenado a muerte por desobediencia y rebeldía al emperador y efectivamente le mataron por tal cosa.

Algo que me parece curioso, y no sé si sea mera casualidad o pura coincidencia que el sacerdote llevase por nombre Valentín, que etimológicamente viene a significar valentía. ¿Acaso no ha sido algo valiente ir en contra de la decisión del emperador? Pero, esto no es un tratado de valentía, sino de exponer mis pensamientos sobre este día. Pero, como les decía al inicio, me gusta llamar a este día, "Día de San Valentín" sobre cualquier otro nombre, ya que me recuerda no solo la historia del origen, sino además, evoca la esencia misma de este día.

Como les decía, este día me genera ambigüedad ya que por un lado, me conmueve mucho la idea de celebrar el amor, esa conexión humana que termina siendo un pilar fundamenta para una vida plena. Aunque tengo una definición del amor bastante peculiar, creo que en pocas palabras el amor es el acto más elevado de generosidad, un desprendimiento del ego en pro la felicidad del otro.

Sin embargo, hay una versión más que comercializada del día de San Valentín, cosa que me parece contradictorio en varios aspectos ¿Acaso el amor se mide en chocolates y tarjetas de felicitación? ¿Es necesario obsequiar cosas despampanantes para demostrar afecto? No creo que que sea lo único, y bien sabemos que no.

Aunque no estoy en contra de dar obsequios y demostrar amor con detalles, eso no lo estoy condenando, pero, lo que realmente me cuestiona es todo lo que se ha edificado en su entorno y que más allá de celebrar el amor autentico, San Valentín se ha convertido en una máquina de generar dinero y alimentar la insatisfacción. Actualmente este día, nos invita a comprar una felicidad efímera en lugar de cultivar relaciones sanas y duraderas.

Y acaso ¿Hay algo que podamos hacer? Quizá es algo descabellado proponer una suerte de rebelión contra el San Valentín comercial, y quizá reivindicar el amor en todas sus formas, sin imposiciones sociales. Celebrarlo no soló una vez al año, sino cada día con gestos de cariño verdadero, con palabras sinceras, con acciones desinteresadas, con tiempo de calidad.

No creo que el amor necesita un día determinado del calendario para ser celebrado. Basta con que realmente cultivemos el amor, y solo de ese modo podremos escapar de la jaula de San Valentín y disfrutar de un amor auténtico y libre. Porque lo que realmente parece es que hemos enjaulado al amor, ya que solo puede ser manifestado de un modo determinado, y si algo nos evoca el origen histórico de este día, es que el amor no contempla ataduras, el amor es libre.

¡A todos les deseo un feliz día de San Valentín!