El poder de la voz
Últimamente escribo mucho en mi cuaderno y algo que ha llegado a mi atención es que la mayor parte de lo que escribo no se refleja en mis interacciones diarias con la sociedad. Hace mucho tiempo que siento una horrible soledad, incluso cuando he estado en compañía de personas que númerosas veces han mostrado su aprecio por mí, incluso cuando he tenido compañía romántica me he sentido muy sólo en ocasiones. Nunca entendía porqué, pero por fin lo estoy entendiendo.
La responsabilidad es completamente mía y se debe esencialmente a algo que ya está dicho por todos lados pero que es díficil de integrar del todo: la actitud complaciente que busca sin cesar la aprobación externa a costa de la autenticidad. Obviamente siempre vamos a hacer un poco de eso porque simplemente a veces no contamos con la energía suficiente para ser ese personaje incómodo que habla su verdad sin filtros, pero yo ya me he estado pasando hacia el otro lado donde me estaba quedando prácticamente mudo. Hablaba pero no decía nada, sólo buscaba evitar todo tipo de confrontación y liberarme de la interacción antes de que se ponga real.
Ya que no tengo celular pero si un parlante, he descargado muchos audiolibros para pasar el tiempo y aprender cosas, entre ellos éste:
https://www.youtube.com/watch?v=zYWpQbxDhfU&pp=ygUKYXVkaW9saWJyb9IHCQm-CQGHKiGM7w%3D%3D
Lo que más he rescatado hasta el momento son tres puntos:
Las palabras si importan y tienen el poder de herir o sanar.
Un buen comunicador no es quien más habla, sino quien mejor escucha.
Al hablar tu verdad no todo el mundo te va a escuchar, pero quienes se sientan cercanos a ella van a ir apareciendo en tu vida.
Es comprensible que me haya acallado un poco ya que estoy en tierras extranjeras donde desconozco la cultura y estoy a merced del apoyo de la población ya que soy artista callejero. Yo sé que mis verdades son muy controversiales para esta cultura paraguaya. No apoyo a la industria ganadera ni celebro el consumo de carne y este es un país altamente carnívoro, al punto que son capaces de deshacerse de los árboles frutales que crecen en sus patios espontáneamente ya que no les interesan mayormente.
También está el tema de la marihuana, que mientras no soy un gran promotor de su consumo ni un alto consumidor, odio que se refieran a ella como droga y la tilden negativamente ya que es una planta medicinal y con poder de conectar con lo sagrado, sólo que está siendo usada inconscientemente justamente porque se promueve la desinformación y la ignorancia. Además hay doble estándar ya que este es uno de los mayores exportadores de la planta. Luego está la discriminación al indígena, quienes hay muchos viviendo en la miseria por aquí y mucha gente les mira mal, siendo que ellos vivían aquí antes y en armonía con su entorno. Pocos se detienen a pensar que nosotros los de descendencía europea somos invasores y destructores de la vida que antes existió aquí.
También soy contrario a la religión y este es el país más católico de latinoamérica. Cuando me quieren decir que la biblia dice esto y aquello yo les quiero decir que ese es un libro mal traducido que no tiene nada que ver con la vida que estamos viviendo ahora y que la verdadera biblia es la vida misma. Pero todo esto he callado por mucho tiempo, hasta ayer en que hablé con toda transparencia con una señoras que me quisieron hacer sentir que por hacer música en la calle yo "no trabajaba".
Entonces respetuosamente les hablé sobre toda la otra cara de la verdad, la que ellas no ven por guíar su vida en base a un libro y las palabras de sacerdotes que ajustan la verdad a su conveniencia. Sus caras de disgusto aumentaban con cada frase que emanaba de mi boca, pero mi voz se volvía más firme y nuevamente me sentía completo e íntegro. Yo esperaba a escuchar sus respuestas pero no eran capaces de articular ninguna. Sólo se quedaban mirando mal. Incluso les invitaba a que me dijeran lo que de verdad sentían pero no eran capaces. A pesar de dejarlas ahí despreciandome, me sentí como que hubiese sentido la interacción más valiosa que tuve en mucho tiempo y ya no me sentí solo, me tenía a mi mismo otra vez.
Te entiendo perfectamente.
en los ultimos 5 años busco mas que nada la autenticidad. o sino, prefiero la soledad.
investigo, leo, aprendo, escucho.
minimizo el contacto humano al trabajo y a los pocos amigos con los cuales resueno.
somos energia y no "pegamos" con cualquiera y es ahora cada vez mas evidente.
mi vida social se limita a poco mas que los mercados locales de fin de semana donde me rodeo con vecinos, amigos, clientes fuera de los cuales no con todos tengo el mismo trato o siento la misma atraccion. los autenticos ocupan el mejor lugar mostrando que lo que ves es lo que hay, que es igual que yo.
no estas solo en eso, parece ser que estamos todos buscando algo solo que todavia no sabiendo el que.
te mando coraje.
saludos.
Gracias, valoro tus palabras y coraje para vos también. Independiente de lo que busquemos supongo que lo más importante es que le demos cara a lo que se presenta desde nuestra verdad interior incluso cuando no es lo más cómodo de expresar