Hello, friends of Holos & Lotus.
Allow me to share with you my thoughts on @emiliorios's initiative regarding the silent treatment.
I've been reading several of the responses from the many participants in the initiative, and I see there isn't much to say.

In fact, I don't think I'll say anything new. I'll simply complement and compile into a single post some of the ideas already expressed here.

(image made in canva)

Keeping quiet can hurt us. In other initiatives in this community, we've discussed how keeping quiet about what we have to say can harm us both psychologically and physically.
Therefore, I am not in favor of using the Ice Treatment as a method of protest or passive-aggressive measure for any inconvenience or disagreement.
However, when I get angry, I'm one of those who prefers to say nothing and walk away silently, rather than say something I might later regret. Since I was little, I've been taught that decisions aren't made when you're angry.
Therefore, since I don't like to fight and I only do so when there's no other option (because unfortunately, that's how interpersonal relationships are, whether in the family or at work, where there are always issues or disagreements), when I'm angry, I do give the silent treatment and walk away silently, even if it's just for a few minutes.

However, I don't use this as a solution to the problem; rather, as a temporary measure until a way is found to resolve the issue.
Dialogue and respect are always the appropriate response to any dispute or controversy.
Although when I'm angry for a moment, I may rejoice in silence and say nothing, it's always preferable, with a cool head and having calmly analyzed the entire situation, to go back and talk.
The ideal is to say everything we have to say with respect and love, to present our point of view and position, and to try to resolve the dispute.
Especially when it comes to family. Family always deserves a second, third, fourth, and umpteenth chance for dialogue and understanding.
It doesn't matter how often we argue or how much we disagree. In fact, there are times when it's good to have divergent or dissenting opinions, as it demonstrates a multiplicity of thought and individual character.

I like it when family members think for themselves and don't follow the lead of others; that makes me happy.

Also because I'm not always right. And if they don't make me see that through debate, through healthy discussion, I may unconsciously harm my family.

In the case of family, we should always resort to conversation. With family, the silent treatment is never advisable; it's not even an option.

However, for the rest of the world, if after talking, presenting our point of view, and our logical and well-thought-out arguments, we don't reach a consensus, then it's time to take other measures.
Which ones? It depends on the issue at hand.
But even if it comes to cutting things off to save either the relationship or our status quo, it's better to do so than to continue talking fruitlessly.
That can also do a lot of damage. Even more than staying silent.

Greetings to all.

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Versión en español

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Hola, amigos de Holos & Lotus.
Permítame compartir con ustedes mis opiniones sobre la iniciativa de @emiliorios sobre la ley de hielo.
He estado leyendo varias de las respuestas de los muchos participantes en la iniciativa y veo que no hay mucho que decir.
De hecho, creo que no diré nada nuevo. Solo complementaré y reuniré en un solo post algunos de las ideas que ya se han dicho aquí.

Callar nos puede hacer daño. En otras iniciativas de esta comunidad ya hemos discutido sobre que el callar lo que tenemos que decir puede hacernos daño tanto psicológicamente como en los aspectos físicos.
Por tanto no estoy a favor del uso del Tratamiento de hielo como método de protesta o medida pasivo agresiva ante cualquier inconveniente o desacuerdo.
Sin embargo cuando me enojo soy de las que prefiere no decir nada y alejarme en silencio, antes que decir algo de lo que después pueda arrepentirme. Desde pequeña me enseña a que no se toman decisiones cuando una está enojada.
Por tanto, como no me gusta pelear y lo hago solo cuando no queda más remedio (porque desgraciadamente así son las relaciones interpersonales ya sea en la familia o en el centro laboral donde siempre hay cosas o desacuerdos) cuando estoy enojada si practico la ley de hielo y me retiro en silencio, aunque sea con unos minutos.

Sin embargo eso no lo uso como una solución para el problema; sino como una medida transitoria mientras hay la forma de solventar la cuestión.
El diálogo y el respeto siempre son la respuesta adecuada ante toda disputa o polémica.
Aunque cuando esté enojada por algún momento me alegro en silencio y no diga nada siempre es preferible, ya con la cabeza fría y habiendo analizado toda la situación con calma, regresar y conversar.
Lo ideal es decir desde el respeto y el amor todo lo que tenemos que decir, plantear nuestro punto y de vista y posición y tratar de solucionar la disputa.
Sobre todo cuando se trata de la familia. La familia siempre merece una segunda, tercera, cuarta y enésima oportunidad para el diálogo y el entendimiento.
No importa las veces discutamos o que no compartamos una opinión. De hecho, hay veces en que es bueno que existan opiniones divergentes o disidentes, ya que demuestra que existen multiplicidad de pensamiento e individualidad de carácteres.
Me gusta que en familia piensen por sí mismos y no sigan la corriente de pensamiento de otros, eso me hace feliz.
También por el hecho de que no siempre tengo la razón. Y si no me lo hacen ver mediante el debate, de la discusión sana, quizás pueda perjudicar inconscientemente a mi familia.

En el caso de la familia siempre debemos recurrir a la conversación. Con ella la ley de hielo nunca es ni aconsejable: ni siquiera es una opción.

No obstante para el resto del mundo si después de conversar es poner nuestro punto de vista y nuestros argumentos lógicos y bien pensados no se llega a un consenso, entonces es momento de tomar otras medidas.
¿Cuáles? Depende del asunto en cuestión.
Pero incluso, si hay que llegar al punto de cortar por lo sano para salvar, o la relación o nuestro estatus quo, es mejor hacerlo que seguir hablando infructuosamente.
Eso también puede hacernos mucho daño. Incluso más que el quedarnos callados.

Un saludo a todos.