¿Quisquillosa, Yooooo? [ESP-ING]

El cliente es la vida de todo emprendimiento, no en vano cada día se profundiza, desde distintas áreas del conocimiento, el conocer al cliente y buscar las mejores estrategias para atraerlo y retenerlo.

Hoy en día, por ejemplo, sabemos que a la hora de crear el branding de nuestra marca o producto guiarnos por la teoría del color es importante, pues a través de los colores creamos conexiones conscientes e inconscientes hacia nuestros productos.

También sabemos de estudios realizados en cadenas comerciales grandes que la ubicación de los productos en las estanterías van en función de aquello que los clientes buscan más y que, por ejemplo, en las cajas de pago siempre hay chucherías, libros infantiles y hasta juguetes para que los pequeños clientes (niños) manifiesten sus deseos de compra y los adultos que los acompañan sientan el compromiso de comprarles algo.

Esta semana que recién terminó estuvo en dos ciudades de Venezuela, Jurgen Klaric, el gurú del marketing, que se ha enfocado en las áreas de neuroventas y neuromarketing y que se ha hecho famoso con su libro “Véndele a la mente y no a la gente”, un libro que se ha convertido en un manual para el emprendedor y el empresario, ya que sin ventas no hay emprendimiento que se mantenga.

The customer is the lifeblood of any enterprise, and it is not in vain that every day, from different areas of knowledge, we are deepening our understanding of the customer and seeking the best strategies to attract and retain them.

Today, for example, we know that when creating the branding of our brand or product, it is important to be guided by color theory, because through colors we create conscious and unconscious connections to our products.

We also know from studies conducted in large retail chains that the location of products on the shelves is based on what customers are looking for most and that, for example, at checkout counters there are always knick-knacks, children's books and even toys so that small customers (children) can express their desire to buy and the adults who accompany them feel the commitment to buy something from them.

This week, which just ended, he visited two cities in Venezuela, Jurgen Klaric, the marketing guru, who has focused on the areas of neuro-sales and neuromarketing and who has become famous with his book "Sell to the mind and not to the people ", a book that has become a manual for the entrepreneur and the businessman, since without sales there is no enterprise that can be maintained.

Lo cierto es, que nos guste o no, como clientes, constantemente somos parte de un estudio de comportamiento que va marcando pautas de lo que consumimos y cómo lo hacemos. Sin embargo, dentro de estos marcos de uniformidad, cada quien tiene sus particularidades, aún no estamos tan robotizados, por lo que nuestras respuestas pueden no ser las esperadas y es que ellas van a depender mucho del contexto donde estemos, de las “necesidades”, que deseamos cubrir, del trato que recibimos y hasta del estado de ánimo que tenemos al momento de realizar una compra.

Y de estas particularidades es de las que nos convida a hablar @charjaim en su iniciativa ¿Eres un cliente quisquilloso?/Iniciativa/[ESP-ENG]. Invito a las amigas @lisfabian, @anafenix y @sidalim88 a compartir sus experiencias como clientes, aquí les comento algo de las mías.

The truth is, whether we like it or not, as customers, we are constantly part of a behavioral study that is setting guidelines for what we consume and how we do it. However, within these frames of uniformity, everyone has their own particularities, we are not yet so robotized, so our responses may not be as expected and they will depend a lot on the context where we are, the "needs" we want to cover, the treatment we receive and even the mood we have at the time of making a purchase.

And it is about these particularities that @charjaim invites us to talk about in his initiative Are you a fussy customer?/Initiative/[ENG-ENG]. I invite friends @lisfabian, @anafenix and @sidalim88 to share their experiences as customers, here is some of mine.

¿Soy quisquillosa como cliente? De entrada me digo que no, me considero de gustos “normalitos”, generalmente estoy clara en lo que estoy buscando y no exijo ni espero atenciones especiales, pero… mientras pensaba en el tema llegaban a mi mente situaciones puntuales que me pudieran describir como quisquillosa veamos algunas de estas experiencias.

El supermercado que me queda más cerca reúne todos los requisitos que me gustan: tiene estacionamiento, pasillos espaciosos, variedad de productos y marcas, verduras y hortalizas frescas y de buena calidad, precios competitivos, atención amable por parte de todo el personal, a excepción de “los hombres de negro”.

Sí, como zamuros te rondan, te tropiezas con ellos a cada paso que das, están allí y hacen sentir su presencia, te siente vigilada durante toda tu compra, a veces me quejo, me vuelvo quisquillosa y le digo a mi esposo: —Voy a dejar de venir a este supermercado porque esos hombres me incomodan— Él, muy gracioso y paciente me dice:

—Vengase vestida con un vestido, zapatos de goma y lentes oscuro, verá como ni la miran. Ja,ja,ja,ja, a este nivel estamos con los estereotipos, pero en cualquier momento me pongo mi look de señora respetable moderna, a ver si me resulta y disfruto mi rol de cliente en ese establecimiento.

***

Estando de visita en casa de mis hijos me invitaron a un matrimonio, lo cual significó salir a comprar vestido y sandalias. La verdad es que no tuve dificultad para encontrar un vestido que me gustase y unas sandalias que se ajustaran a mis requerimientos de comodidad.

Faltando como cuatro días para el evento me entero que el matrimonio es a las 12 del medio día y allí comencé a sentir que el vestido no era apropiado, que requería comprarme algo que cubriera mis brazos y aquí viene lo quisquillosa que me puse.

Recorrimos todas las tiendas del pueblo y no encontré ¡nada!, que me gustase, que se compaginara con lo que tenía en mi mente, así que al día siguiente fuimos a la ciudad más cercana y recorrimos, según mi hija, todas las tiendas y no encontré lo que quería. Ella y mi hijo se reían y me decían que sí me había vuelto exclusiva.

Ya había aceptado que no compraría nada, pues si hay algo que me molesta es comprar para salir del paso, ese conformarme con “es lo que hay”. Entonces se apareció mi hija con teléfono en mano, mostrándome unos modelos en tiendas virtuales, Hubo uno que atrajo mi atención, lo pidió con el compromiso que si no me gustaba podía cambiarlo, me llegó al día siguiente y quedé encantada, era perfecto.

Entonces sí, soy quisquillosa en algunos aspectos y por lo general lo que me mueve como cliente es que siento que mi dinero vale como el de cualquier otra persona, por lo que al comprar quiero lo que me gusta y satisface a cabalidad.

Me gusta el trato amable de la gente, no sentirme acosada y que mi experiencia de cliente sea de relajación y calma, si eso lo encuentro en un lugar me vuelvo cliente fija.