Nosotros plantamos y el crecimiento lo da Dios. || We plant and God gives the growth.


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We have the great responsibility of making known the word of God and sharing the gospel, but the result of all this is given by God.

Therefore I remind you to fan into flame the gift of God which is in you through the laying on of my hands. 7 For God has not given us a spirit of fear, but of power and love and of a sound mind.
8 Therefore do not be ashamed of the testimony of our Lord, nor of me his prisoner, but participate in suffering for the gospel according to the power of God, 9 who saved us and called us with a holy calling, not according to our works but according to his own purpose and grace which was given to us in Christ Jesus before time began, 10 but which has now been made manifest through the appearing of our Savior Jesus Christ, who abolished death and brought life and immortality to light through the gospel, 11 of which I was appointed a preacher, an apostle and a teacher of the Gentiles. 12 For this reason I also suffer these things; but I am not ashamed, for I know whom I have believed, and I am convinced that he is able to guard what I have entrusted to him until that day.

2 Timothy 1:6-12

The apostle Paul had a fine knowledge and understood very well the responsibility that had been given to him, speaking of the Gospel of Jesus Christ. This week was a stewardship and for which he would give an account before the Lord in the future.
That is why the apostle Paul would be willing to do whatever is necessary, even suffer or die for the love of Christ. We as children of God have this great country region to share the gospel with those people whom God puts in our lives just like the apostle Paul.

16 For if I preach the gospel, I have nothing to boast about, for necessity is laid upon me; and woe to me if I do not preach the gospel!

1 Corinthians 9:16

The apostle Paul took this stewardship not as an option, but as a sense of obligation to share the gospel with all people. The apostle was not conditioned by external situations either, he did not depend on how he was treated or whether or not they accepted the message, the apostle Paul was not ashamed to share the message of Christ.

You have seduced me, O Lord, and I was seduced; you were stronger than me, and you have overcome me; I am mocked daily, every one mocks me. 8 For as often as I speak, I cry out, I cry out, Violence and destruction; for the word of the Lord has become to me a reproach and a derision daily. 9 Then I said, I will not remember him any more, nor speak any more in his name; nevertheless there was in my heart as it were a burning fire shut up in my bones; I tried to endure it, and I could not.

Jeremiah 20:7-9

Let's also look at the prophet Jeremiah who had lived a very similar experience to Paul's. The prophet was at times the object of ridicule and suffered persecution for transmitting God's message about the judgment that was to come. But this did not prevent him from speaking about it, or rather, if he did not speak it was much worse. He described it as a fire that burned his bones.
You and I are surrounded by people who are thirsty for the word of God. Many do not know what they need, but we know that the message of the good news of Jesus is what you can make happen. We have the answer and also the responsibility to share this word of God. Let us never be ashamed of the best news for every creature. This can change the destiny of any person and improve their life. Are you willing to share the good news of salvation?


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Tenemos la gran responsabilidad de dar a conocer la palabra de Dios y compartir el evangelio, pero el resultado de todo eso lo da Dios.

Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. 7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
8 Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, 9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, 11 del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles. 12 Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.

2 Timoteo 1:6-12

El apóstol Pablo tenía un fino conocimiento y entendía muy bien la responsabilidad que le había sido otorgada, hablando del Evangelio de Jesucristo. Esta semana era una mayordomía y por lo cual daría cuenta delante del señor en el futuro.
Por eso es que el apóstol Pablo estaría dispuesto hacer lo que sea necesario, aún sufrir o morir por amor a Cristo. Nosotros como hijos de Dios tenemos este gran país región de compartir así como el apóstol Pablo el evangelio con aquellas personas que Dios va poniendo nuestras vidas.

16 Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!

1 Corintios 9:16

El apóstol Pablo tomaba esta mayordomía no como una opción, el sentido de la obligación de compartir el evangelio con todas las personas. Tampoco el apóstol estaba condicionado a las situaciones externas, no dependía de cómo le trataban o si aceptaban o no el mensaje, el apóstol Pablo no se avergonzaba de compartir el mensaje de Cristo.

Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí. 8 Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día. 9 Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude.

Jeremías 20:7-9

Veamos también el profeta Jeremías que había vivido una experiencia muy similar a la de Pablo, el profeta fue por momentos el objeto de burla y sufrió persecución por transmitir el mensaje de Dios acerca del juicio que estaba por venir. Pero esto no impidió que hablaste de eso o sea que si no hablaba era mucho peor, lo describía como un fuego que quemaba sus huesos.
Tú y yo estamos rodeados de personas que están sedientos de la palabra de Dios, muchos no saben qué es lo que necesitan pero sabemos que el mensaje de las buenas nuevas de Jesús es lo que puedes hacer sucede, tenemos la respuesta y también la responsabilidad para compartir esta palabra de Dios. Jamás nos avergoncemos de la mejor noticia para toda criatura. Esto puede cambiar el destino de cualquier persona y mejorar su vida. ¿Estás dispuesto a compartir las buenas nuevas de salvación?.


Muchas Gracias por compartir esta lectura, deseo que el Espíritu Santo de Dios traiga revelación de su palabra a nuestras vidas.



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