Hola, saluditos a todos y un lindo dia para ustedes. Otra vez, aunque no sea una iniciativa el amigo @emiliorios me pone a reflexionar. El nos lanza sus criterios y argumentos sobre si existe o no "La pareja ideal".

Fuente Editado en PhotoCollage

Si me pongo a pensar en ello, he llegado a una conclusión que quizá suene descorazonadora para algunos, pero que para mí es liberadora: la pareja ideal no existe. Y ahí coincido completamente con Emilio. No creo en eso, al menos, en el sentido que nos vendieron. Esa idea de un ser perfecto que encaja en cada uno de nuestros requisitos físicos y morales como una llave en una cerradura me parece ahora un idilio de juventud, un cuento bonito que se desvanece con los años y la madurez.

Fuente Editado en PhotoCollage

Recuerdo que en el pasado, mi mente tenía una lista. Una lista exhaustiva de cómo debía ser esa persona: su estatura, su sonrisa, su tipo de humor, sus ambiciones, incluso su forma de pensar, que debía ser una copia de la mía. Era una búsqueda de un producto final, de alguien que cumpliera con una serie de estándares ideados, más por las películas y las novelas que por la vida real. Era agotador, porque cada persona que conocía la sometía a este escrutinio invisible, buscando grietas, fallos, desviaciones del plan.

Fuente

Con el tiempo, la vida misma se encargó de darme una lección de humildad. Me di cuenta de que lo que realmente anhelaba no era un maniquí con las características adecuadas, sino una presencia. Alguien a quien simplemente amara, sin que eso requiriera un esfuerzo titánico de encaje. La perfección, entendí, no reside en la ausencia de defectos, sino en la armonía que se crea a pesar de ellos, y a veces, gracias a ellos.

Fuente

La pareja perfecta, si es que debo usar esa palabra, es para mí aquella que es buena compañía. Alguien con quien el silencio es cómodo y la conversación es un regalo. Es la persona que colabora de manera positiva en mi vida, no que la complica. No se trata de que me "complete" en el sentido romántico y cursi, sino de que complemente mi existencia, y yo la suya. Somos dos individuos enteros que deciden caminar juntos, sumando fuerzas, no dos mitades desesperadas por fundirse en una.

Fuente

Esto requiere, por supuesto, de materias primas mucho más valiosas que un físico esculpido o una cuenta bancaria abultada. Se necesita una dosis gigantesca de tolerancia, para aceptar que el otro no es una proyección de mis deseos, sino un ser humano independiente con sus propias rarezas y manías. Se necesita paciencia, mucha paciencia, para navegar los días malos, los desacuerdos y las fricciones inevitables. Y sobre todo, se necesitan muchas ganas de vivir. Ganas de construir algo juntos, de compartir objetivos comunes y, lo más importante, el deseo genuino de querer llevar la vida al lado del otro, con todo lo que eso conlleva.

También he aprendido a temerle a la costumbre. Esa neblina gris que se cuela en la relación y que si no estamos alerta, apaga cualquier chispa de amor. La costumbre es el hábito de dejar de ver al otro, de dar por sentado su presencia y su cariño. Es el enemigo silencioso que destruye más amores que cualquier tercera persona. Combatirlo exige intention, ese esfuerzo diario por seguir sorprendiéndose y apreciando a la persona que tienes al lado.

Fuente

Me entristece, en cierto modo, ver que todavía hay tantas personas que inician su búsqueda con una lista de "aspectos a tener en cuenta" en la mano. Que priorizan cualidades específicas, un estatus económico o una serie de pautas marcadas por la sociedad, creyendo que eso es el cimiento para algo duradero. Se pierden lo esencial. La verdadera durabilidad no se construye sobre lo superficial, sino sobre la elección consciente y día a día de amar a alguien, no por lo que es en un catálogo, sino por lo que se convierte a tu lado, y tú al suyo. Al final, no se trata de encontrar a la persona perfecta, sino de construir una relación perfectamente humana con alguien que valga la pena.

---

---

---

Soy Médico Microbióloga, amante de la naturaleza, las letras, la música, la cocina y la vida en sí. Férrea defensora de la familia y los niños

Los textos son creados por mi, sin uso de IA

Banners creados en Adobe Fireworks por cortesía de @azufrecs

Gracias por entrar a mi blog

Las fotos son de Pixabay

---

---

---

ENGLISH

---

---

**

Hello, greetings to everyone, and I wish you a lovely day. Once again, although it wasn't my initiative, my friend @emiliorios has got me thinking. He presents us with his criteria and arguments on whether "The ideal partner" exists or not.

Source Edited in PhotoCollage

If I start thinking about it, I've reached a conclusion that might sound disheartening to some, but for me, it's liberating: the ideal partner does not exist. And I completely agree with Emilio on that. I don't believe in it, at least, not in the sense we were sold. That idea of a perfect being who fits every one of our physical and moral requirements like a key in a lock now seems to me like a youthful idyll, a nice story that fades with the years and maturity.

Source Edited in PhotoCollage

I remember that in the past, my mind had a list. An exhaustive list of how that person should be: their height, their smile, their type of humor, their ambitions, even their way of thinking, which had to be a copy of my own. It was a search for a finished product, for someone who met a series of standards devised more by movies and novels than by real life. It was exhausting because I would subject every person I met to this invisible scrutiny, looking for cracks, flaws, deviations from the plan.

Source

Over time, life itself gave me a lesson in humility. I realized that what I truly yearned for was not a mannequin with the right characteristics, but a presence. Someone I would simply love, without that requiring a Herculean effort of fitting. Perfection, I understood, does not lie in the absence of flaws, but in the harmony that is created in spite of them, and sometimes, because of them.

Source

The perfect partner, if I must use that word, is for me the one who is good company. Someone with whom silence is comfortable and conversation is a gift. It's the person who collaborates positively in my life, not complicates it. It's not about "completing" me in the romantic and cheesy sense, but about complementing my existence, and I, theirs. We are two whole individuals who decide to walk together, adding strength, not two desperate halves trying to merge into one.

Source

This requires, of course, raw materials much more valuable than a sculpted physique or a hefty bank account. It requires a gigantic dose of tolerance, to accept that the other is not a projection of my desires, but an independent human being with their own quirks and habits. It requires patience, a lot of patience, to navigate the bad days, the disagreements, and the inevitable friction. And above all, it requires a great desire to live. The will to build something together, to share common goals, and, most importantly, the genuine desire to want to live life by the other's side, with all that it entails.

I have also learned to fear routine. That gray fog that seeps into the relationship and, if we are not alert, extinguishes any spark of love. Routine is the habit of no longer seeing the other, of taking their presence and affection for granted. It is the silent enemy that destroys more loves than any third person. Fighting it requires intention, that daily effort to continue to be surprised by and to appreciate the person by your side.

Source

It saddens me, in a way, to see that there are still so many people who begin their search with a list of "aspects to consider" in hand. Who prioritize specific qualities, an economic status, or a series of guidelines set by society, believing that is the foundation for something lasting. They miss the essential. True durability is not built on the superficial, but on the conscious, day-by-day choice to love someone, not for what they are in a catalog, but for what they become by your side, and you by theirs. In the end, it's not about finding the perfect person, but about building a perfectly human relationship with someone who is worth it.

---

---

---

I am a Doctor of Microbiology, a lover of nature, literature, music, cooking, and life itself. A staunch defender of family and children.

The texts are written by me without the use of AI.

Banners created on Adobe Fireworks courtesy of @azufrecs

Thank you for visiting my blog.

The photos are from Pixabay

---

---