June Initiative/ Esther's Doll (En/ Es)

Sara had come to that godforsaken town looking to get off her ex-husband's radar, she wanted a fresh start. Fortunately, she had gotten a job as a caregiver for an elderly woman who lived on the outskirts of that town; it had been good for her to be a registered nurse. She had gotten the job through a virtual interview; thanks to a friend; she had arranged everything with the old lady's lawyer, it didn't seem complicated to her, apart from the fact that it was perfect for her at the moment.

The road was lined with many trees, they seemed to form a vine all along the way; upon arriving at the imposing mansion, Sara felt a slight shiver, which she attributed to the cold weather, she buttoned her coat and entered the place, at the door, there was the lawyer with whom she had communicated all this time. In the place, there were only 3 employees: the old gardener, an elderly housekeeper and a girl who did the cleaning. After introductions with the staff, she was taken to the old woman's room. Sara, upon meeting her, found her to be a nice old lady, very pleasant.

In the room everything was well arranged and tidy; she only noticed, next to the bed, a chair with an antique doll, one of those with a porcelain face and beautiful hair and a nice lace dress. She seemed to have a special place in the room. The old lady, Esther, was very friendly, no husband, no children, just a family that had left her a considerable inheritance.

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The routine every day consisted of attending to Esther and the strange doll, as she asked that her dress be changed every so often and that every night she be put to bed next to her. Sometimes, Sara found the doll in different parts of the room, this caused her strangeness and she always asked the old woman and she smiled enigmatically, because everybody knew that she could not move by herself... One day Sara asked her why she was so attached to that strange doll; she was more curious than discreet and asked the question without much consideration. Esther, now in confidence, asked her for a cup of tea and cookies before relaxing and confiding the reason for her closeness to her.

He told her that it had been a gift from her mother on her seventh birthday, that it was hers and that he wanted her to have it now, as she was very ill and he wanted to give her something to be with her, for her birthday. Soon her mother died and Esther was left alone in that big house, with an absent father, with only the servants. That doll had become her family. Life went by and Esther never managed to establish a relationship with anyone else. In the village they said that doll had trapped her soul as it had done with her mother... because whenever someone tried to separate them, it mysteriously disappeared. Mrs. Esther didn't tell her that, but the cleaning lady, who was from the village, did.

Time passed and the old lady suddenly became ill. From that moment on she asked to bring the doll to her bed all the time; Sara did it so as not to upset her, but she found it morbid and even creepy to do it and without her noticing at night, when she fell asleep, sedated by the medicines, she put it in the closet; but in the mornings she always found the diabolical doll by her side. When Esther's strength was leaving her, she gave Sara one last instruction, making a lot of emphasis on her to fulfill it and that was that, when she died, she should take care that they put the doll with her, because she did not want that some new girl wanted her...

The bitter day came and Esther died. Among the last minute errands, Sara forgot the errand... leaving the doll forgotten in the closet. The old woman was buried and Sara waited until the last day to leave. That last night, very sad for the loss of Esther, she fell asleep late at night, until some dry knocks woke her up in the middle of that loneliness... she knew that she was completely alone, then she remembered the horrible doll she had left forgotten in that closet. Then she knew what awaited her, while the knocking at her door was terribly insistent, that being of evil would surely take revenge on her, for not fulfilling the last wish of her owner, making sure that she would never see another day, never again... The next day they went to look for her to take her to town and they only found her suitcases next to her bed, with no trace of Sara all over the place...

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Sara había llegado a aquel pueblito olvidado por Dios buscando desaparecer del radar de su exesposo, quería comenzar de nuevo. Afortunadamente, había conseguido un empleo de cuidadora de una anciana que vivía a las afueras de aquel pueblo; de algo le había servido ser enfermera titulada. Había conseguido el trabajo por medio de una entrevista virtual; gracias a un amigo; acordó todo con el abogado de la anciana, no le pareció, nada complicado, aparte de que era perfecto para ella en estos momentos.

El camino estaba bordeado de muchos árboles, parecían formar una enredadera por todo el camino; al llegar a la imponente casona, Sara, sintió un tenue escalofrío, que atribuyo al frío del clima, se abotonó el abrigo y entro al lugar en la puerta, estaba el abogado con el que se había comunicado todo este tiempo. En el lugar, solo estaban 3 empleados: el viejo jardinero, una anciana ama de llaves y una chica que hacía la limpieza. Luego de las presentaciones con el personal, fue llevada a la habitación de la anciana. Sara, al conocerla, le pareció una linda viejecita, muy agradable.

En el cuarto todo estaba bien dispuesto y ordenado; solo noto, a lado de la cama, una silla con una muñeca antigua, de esas que tienen su cara de porcelana y que tienen una hermosa cabellera y un lindo vestido de encaje. Parecía que tenía un lugar especial dentro de la habitación. La anciana, Esther, era muy amigable, sin esposo, sin hijos, solo con una familia que le había dejado una herencia considerable.

La rutina todos los días consistía en atender a Esther y a la extraña muñeca, pues ella pedía que le cambiaran el vestido cada tanto a esta y que todas las noches la acostaran a su lado. En ocasiones, Sara conseguía a la muñeca en diferentes partes de la habitación, esto le causaba extrañeza y siempre le preguntaba a la anciana y esta sonreía enigmáticamente, pues todos sabían que ella no podía movilizarse sola... Un día Sara le preguntó el porqué de tanto apego por aquella extraña muñeca; le pudo más la curiosidad que la discreción y lanzó la pregunta sin muchos miramientos. Esther, ya en confianza, le pidió una taza de té con galletas antes de relajarse y confiarle el porqué de su cercanía con ella.

Le dijo que, ese había sido un regalo de su madre en su séptimo cumpleaños, que era de ella y que quería que ella ahora la tuviera, pues ella estaba muy enferma y quería darle algo que estuviera con ella, para su cumpleaños. Pronto su madre murió y Esther quedó sola en aquella casona, con un padre ausente, solo con los sirvientes. Esa muñeca se había convertido en su familia. Transcurrió la vida y Esther nunca logró establecer alguna relación con alguien más. En el pueblo decían que esa muñeca le había atrapado el alma como lo hizo con su madre... porque siempre que alguien intentaba separarlas, desaparecía misteriosamente. Eso no se lo contó la señora Esther, pero sí la chica de la limpieza, que era del pueblo.

Pasó el tiempo y la anciana, enfermó repentinamente. Desde ese momento ella pedía que le acercaran a la muñeca a su cama todo el tiempo; Sara lo hacía para no contrariarla, pero le parecía morboso hasta espeluznante hacerlo y sin que se diera cuenta en las noches, cuando ella se quedaba dormida, sedada por los medicamentos, la ponía en el closet; pero en las mañanas siempre encontraba a la diabólica muñeca a su lado. Ya cuando las fuerzas iban abandonando a Esther, esta le dio a Sara una última instrucción, haciendo mucho énfasis en que la cumpliera y era que, cuando ella muriera, cuidara de que pusieran a la muñeca con ella, pues no quería que alguna nueva niña la quisiera...

Llegó el amargo día y Esther murió. Entre las diligencias del último minuto, a Sara se le olvidó la encomienda... dejando a la muñeca olvidada en el closet. La anciana fue enterrada y Sara esperó hasta el último día para irse. Esa última noche, muy triste por la pérdida de Esther, se durmió bien entrada la noche, hasta que unos golpes secos la despertaron en medio de aquella soledad... sabía que estaba completamente sola, entonces recordó a la horrible muñeca que había dejado olvidada en aquel closet. Entonces supo lo que le esperaba, mientras el golpeteo a su puerta era terriblemente insistente, aquel ser del mal, seguro se vengaría de ella, por no cumplir el último deseo de su dueña, asegurándose de que no volviera a ver un nuevo día, nunca más… Al otro día fueron a buscarla para llevarla al pueblo y solo consiguieron sus maletas al lado de su cama, sin rastros de Sara por todo el lugar...