Hey friends from Photography Lovers. I’ve been traveling with my camera on a spiritual retreat. We visited several religious temples in the city.

We started with a place I had never visited before, which had a beautiful view. The seminary offered a stunning view of the harbor, where several areas that aren’t visible from many parts of the city could be seen. Without a doubt, one of the best views in the city, with a refreshing breeze. You could see the roofs of many houses in disrepair, which reminded me how difficult it is to build or repair a house these days.

I photographed the landscape, but I was only focusing on the horizon. I hadn’t looked down from the balcony; from there, you could see people walking on the street—hardworking neighborhood folks who, with sweat and great effort, face their daily lives in order to survive. I enjoy photographing people because they are the clear representation of Cuban identity and culture itself.

When capturing them, you wonder what kind of life those people lead. You don’t know them, but you still ask yourself many times how they live, whether they have a family, what their daily life is like. I only know that each person is a world of their own, and together they make up the country. I loved photographing these people because they train me and give me a lot to think about.

At this stop, we talked about this very topic during the training we had, something that left a mark on me and was, without a doubt, a great experience.

Then we headed to a church with a virgin I had never seen before, and it gave me a bit of a bad vibe. I asked those who were there, and they told me it was the Virgin of Sorrows, nicknamed “La Dolorosa.” I found it curious: the virgin was crying, and in front of her, a cross. I found it a striking image, especially in the place where it was—a space that enhanced that strange feeling I had: not an intense fear, but a sense of unease.

Finally, we went to a mass at the cathedral. I only focused on one image: a lady who worshiped God, but in a strange way… or well, in her own way. I thought it was an incredible image. Cuban faith is quite strong compared to other places, and the faith in Santiago is even stronger. We come from a town filled with faith in the divine. Without a doubt, one of my favorite photographs.

On this trip, I learned a lot about natural light contrasts and, above all, a lot about myself and my culture. I love these kinds of trips because they transform me and my vision.

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Esp

Hola amigo de Photography Lovers. He estado de viaje con la cámara en un retiro espiritual. Tuvimos que visitar varios templos religiosos en la ciudad.

Comenzamos con un lugar que nunca había visitado y que tenía una vista hermosa. El seminario contaba con una hermosa vista hacia el puerto, donde se veían varias zonas que no se aprecian en muchas partes de la ciudad. Sin duda, una de las mejores vistas de la ciudad, con un aire refrescante. Se veían partes de los techos de muchas casas destrozadas, lo que me recordó lo difícil que es construir o reparar una casa en estos tiempos.

Fotografié el paisaje, pero solo me estaba fijando en el horizonte. No había mirado hacia abajo desde el balcón; desde allí se veían las personas caminando en la calle, personas de barrio luchadoras que, con sudor y mucho esfuerzo, enfrentan su día a día con tal de sobrevivir. Me gusta fotografiar personas, ya que estas son la clara representación de la cubanía y de la identidad misma.

Cuando las capturas, piensas qué estilo de vida llevarán esas personas. No las conoces, pero aun así te preguntas muchas veces cómo vivirán, si tendrán una familia, cómo será su día a día. Solo sé que cada uno es un mundo y que todos juntos conforman el país. Me encantó fotografiar a estas personas, ya que me entrenan y me dan muchas cosas en las que pensar.

En esta parada hablamos de este mismo tema en la formación que tuvimos, algo que me quedó marcado y que, sin duda, fue una gran experiencia.

Luego nos dirigimos a una iglesia con una virgen que nunca había visto y que me daba un poco de mal rollo. Pregunté a los que estaban ahí y me dijeron que era la Virgen de los Dolores, apodada “La Dolorosa”. Me pareció curioso: la virgen estaba llorando y, frente a ella, una cruz. Me pareció una imagen impactante, y más en el lugar en el que estaba, un espacio que favorecía ese sentimiento raro que sentí: no un miedo intenso, pero sí una inquietud.

Por último, fuimos a una misa en la catedral. Solo me fijé en una sola imagen: una señora que adoraba a Dios, pero de una manera extraña… o bueno, a su manera. Me pareció una imagen increíble. La fe cubana es bastante grande con respecto a otros lugares, y la santiaguera aún más. Venimos de un pueblo lleno de fe por lo divino. Sin duda, una de mis fotografías preferidas.

En este viaje aprendí mucho sobre contrastes de luz natural y, sobre todo, mucho sobre mí y mi cultura. Me encantan este tipo de viajes, ya que me transforman a mí y a mi visión.

Todas las fotos son de mi propiedad