Más que una pieza de arte urbano.


En el corazón vibrante del casco histórico de Lechería, justo donde la Calle 3 se encuentra con la Carrera 5, @lanzjoseg, tuvo el privilegio de presenciar, capturar con una panorámica, ese hermoso mural. La gestación de un mural que va mucho más allá del color o la forma: es un latido perpetuo de memoria, arte y pertenencia, suspendido en una esquina que parece diseñada para abrazar historias. Es aquí, entre mis pasos y miradas, donde descubro cada mañana una nueva razón para asombrarme. Esta esquina siempre ha sido una de las más fotografiadas de la ciudad, y no me extraña: allí el arte urbano desafía al tiempo y transforma lo cotidiano en extraordinario.



Extraida de la Inicativa, propiedad de @lanzjoseg

Aún puedo recordar mis andanzas por estos mismos rincones allá a mediados de los 2000, cuando el moderno edificio blanco y escalonado —el célebre “Pez de Plata”— se erguía como referente indiscutible y orgullo del desarrollo local, custodiando aquel ir y venir de gente, sueños y rumores junto al Hotel Maremares. Hoy, ese mismo fondo arquitectónico parece dialogar con el mural: lo eterno de la piedra y el concreto frente a lo irrepetible de cada brocha.

Lo que hace aún más especial esta obra es su promesa de presente: fue el primer proyecto artístico nacido en 2025 bajo la mano experta de Alexander Almarza, @Aswedone, un muralista venezolano a quien la ciudad y yo ya reconocemos. Me asombra saber que el costo de su arte ronda los 2000 dólares por metro cuadrado, pero eso no logra transmitir el verdadero valor de este mural, pues cada centímetro narra encuentros, emociones y paisajes interiores que solo se entienden al vivirlos.

De seguro @lanzjoseg, se detuvo ante la pared y leyó en letras claras el homenaje: “SOMARÍS”, junto al nombre de Gustavo Pereira. Es imposible no sentir que esta esquina es, de algún modo, un altar o un gran libro abierto al cielo, donde los versos inmortales de Pereira se reinventan en pigmentos audaces. El mural es hoy refugio para la poesía y un recordatorio público de nuestras raíces literarias.

Regreso la mirada a los trazos. Las formas geométricas y orgánicas, las aves, las flores que revolotean y las rutas energéticas delineadas —ese amarillo que envuelve y conduce— me invitan a permanecer un momento más, ampliar la imagen en la PC. Ahí, entre relieves y colores, uno siente que el arte urbano es un acto de bienvenida, una invitación a la contemplación y al reconocimiento mutuo.

Lo que más conmueve, sin embargo, es la certeza de que, detrás de cada trazo, oculta casi a simple vista, late una raíz de ternura personal: Almarza se ha inspirado en su hija de seis años, Olivia —Oliv…, como él la llama cariñosamente—. Saber esto me permite ver el mural con nuevos ojos: cada color y cada línea llevan la sonrisa, el juego y el asombro de una infancia viva, una promesa para el futuro.

No veo solo un mural, sino el reflejo de una ciudad y el eco de mi propia historia. Me convierto en testigo de un poema sin páginas; en lector de un relato colectivo pintado en la piel del barrio; en custodio accidental de la maravilla cotidiana que es Lechería, Estado Anzoátegui, Venezuela.




Bienvenido todos a esta, mi participación de la semana en el TopFiveFamily, si es de tu agrado participar, aún estás a tiempo, este es el enlace Observa⇾Piensa⇉Escribe. Recuerda cumplir las reglas…



Portada de la iniciativa.


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Dedicado a todos aquellos escribas que contribuyen, día a día, a hacer de nuestro planeta, un mundo mejor.



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Muchísima suerte 🙏🏻🙏🏻🙏🏻

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Excelente participacion, te deseo muchos exitos..

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Que manera de contar la historia detrás del arte, gracias por regalarnos este excelente post, suerte!

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