Mira, la verdad es que estamos en una época donde la migración es tema de conversación constante y, seamos sinceros, una realidad llena de matices. Cuando países como Estados Unidos aplican políticas para controlar quién entra y quién sale —algo que, bueno, se entiende desde la idea de que cada país cuida sus fronteras—, pues saltan noticias sobre deportaciones que tocan de cerca y muy duro a personas y familias de todos lados. Es una situación con muchas caras, complicada tanto para quienes llegan como para quienes los reciben.

^{Cortesía de la familia Márquez Arzola vía WhatsApp.}

Pero, ¿sabes qué? En medio de todo este panorama, a veces te encuentras con historias que te muestran otra cara de la moneda, una que habla de hacer las cosas bien, con cabeza y sin rendirse. La de Génesis y su familia es una de esas. Las fotos que acompañan esto son pura vida, un chute de alegría y esperanza. En la primera, ves a Génesis entrando al colegio con una carcajada que contagia, de esas que iluminan un lugar entero. Su carita es pura luz, los ojos le chispean con esa emoción tan genuina del primer día de clases. Lleva su mochila, claro, lista para aprender y vivir nuevas aventuras, pero lo más valioso que carga es esa sensación de estar segura, de tener un piso firme bajo sus pies gracias al esfuerzo de su familia.

Ellos son venezolanos, y hace unos seis años, tomaron la decisión de buscar un futuro mejor en Estados Unidos, como tantos otros compatriotas. Y aquí viene lo importante: lo hicieron como se debe. Llegaron en avión, con sus visas de turista en mano. Sabían que era clave respetar las leyes del país que les abría las puertas, así que en cuanto pusieron un pie aquí, se pusieron manos a la obra para arreglar sus papeles y conseguir la residencia. Fue un camino largo, de esos que piden paciencia, pero tomaron decisiones inteligentes que ayudaron un montón, como casarse aquí, y luego nació su hijo pequeño, el hermanito de Génesis, que ya es ciudadano americano por haber nacido aquí.

^{Cortesía de la familia Márquez Arzola vía WhatsApp.}

Hoy, después de seis años de darle duro y de seguir las reglas, ya tienen su residencia. Están esperando la ciudadanía, que es el siguiente paso para sentirse aún más parte de todo esto, pero ya pueden respirar tranquilos, sin ese miedo constante a que los deporten, que tanto angustia a otros. Las noticias sobre redadas o cambios en las leyes migratorias, que tienen en vilo a quienes no tienen sus papeles en regla, a ellos ya no les quitan el sueño.

Y la otra foto, donde Génesis va de espaldas con otro compi, entrando al pasillo de la escuela, te confirma esa idea de que Génesis se siente en casa, de que tiene un futuro por delante. Camina segura hacia un lugar donde va a aprender y a crecer como personita.

Esa alegría que desborda Génesis en su primer día no es solo la emoción normal de una niña; es también el reflejo de la tranquilidad y la seguridad que viene de tener los papeles en regla. Su historia nos recuerda algo bien importante: cuando uno hace las cosas por el camino legal, cuando se informa, busca ayuda y sigue las reglas del juego, las chances de salir adelante y de sentirse parte de la comunidad crecen un montón. No es que uno quiera tapar el sol con un dedo y no ver lo difícil que es migrar para muchos, ni los tropezones y las puertas cerradas que encuentran, sino más bien resaltar que ir por el camino correcto, aunque a veces cueste más, es lo que te da la base más fuerte para construir tu vida.

Si quieres participar, me parece que aún estás a tiempo, tienes hasta las 11:59 pm de HOY JUEVES, así que apúrate y recuerda cumplir las reglas.

ℂ𝕠𝕟𝕔𝕦𝕣𝕤𝕠 𝕕𝕖 𝕋𝔹𝕋 - 𝕌𝕟 𝕕𝕚́𝕒 𝕕𝕖 𝕖𝕤𝕠𝕤.

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^{Portada de la iniciativa.}

A ver si se animan, las amigas @tiffanny y @faniaviera, y el amigo @silher…

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