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Sol de fideos anaranjados

El cursor parpadeaba, un latido nervioso en la pantalla. Eran las once de la noche y yo, @amigoponc, llevaba horas obsesionado con la tipografía de una publicación en HIVE. ¿Serif o Sans Serif?, esa parecía ser la cuestión más crucial del universo. El café, ya frío, era mi único compañero en esa vigilia autoimpuesta por la perfección. Sentía el nudo en el estómago, esa conocida presión que me acompañaba antes de cada entrega importante.

De pronto, un par de manitas se apoyaron en mi rodilla. Era mi hijo, Matthew, de ocho años, con el pijama de superhéroe y un papel en la mano. “Mira, papá”, me dijo con una vocecita somnolienta.

^{Bing IA}

Era un dibujo. Un sol con cara sonriente y rayos que parecían fideos anaranjados, una casa chueca con humo en forma de nube y dos figuras de palo tomadas de la mano. —¡Nosotros!

Miré aquel garabato imperfecto, vibrante de vida, y luego mi post, tan pulcro, tan estéril. Una epifanía me golpeó. ¿Quién recordaría esa bendita entrada para una iniciativa más allá de siete días? Pero ese sol de fideos… ese sí que era un tesoro.

Cerré la laptop con un clic decidido. «No más estrés», me dije, mientras le alzaba en brazos. La vida es eso —un instante, no una entrada futura que nadie leerá. Era un cuento antes de dormir, el olor a crayón en sus dedos. El resto podía, y debía, esperar.

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Ven y participa, aún estás a tiempo. Toda la información la podrás encontrar cada día en la Comunidad #Freewritehouse. Específicamente, el día de hoy, aquí la publicación del prompt:

«no más estrés»

^{Portada de la iniciativa.}

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Dedicado a todos aquellos que, día a día, con su arte, hacen del mundo un lugar mejor.

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Orange noodle sun.

The cursor was blinking, a nervous throb on the screen. It was 11 p.m., and I, @amigoponc, had been obsessing over the typography of a post on HIVE for hours. Serif or sans serif? That seemed to be the most crucial question in the universe. The coffee, now cold, was my only companion in that self-imposed vigil for perfection. I felt the knot in my stomach, that familiar pressure that accompanied me before every important submission.

Suddenly, a pair of little hands rested on my knee. It was my son, Matthew, eight years old, wearing superhero pajamas with a piece of paper in his hand. “Look, Dad,” he said in a sleepy little voice.

^{Bing AI}

It was a drawing. A sun with a smiley face and rays that looked like orange noodles, a crooked house with cloud-shaped smoke, and two stick figures holding hands. “Us!”

I looked at that imperfect scribble, vibrant with life, and then at my post, so neat, so sterile. An epiphany struck me. Who would remember that blessed entry for an initiative lasting more than seven days? But that noodle sun… that was a treasure.

I closed the laptop with a decisive click. “No more stress”, I told myself, as I scooped him up in my arms. That's what life is—a moment, not a future entry, no one will read. It was a bedtime story, the smell of crayon on his fingers. The rest could, and should, wait.

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Come and participate, there's still time. You can find all the information daily in the #Freewritehouse Community. Specifically, today's prompt post:

«not more stress»

^{Cover of the initiative.}

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Dedicated to all those writers who contribute, day by day, to making our planet a better world.

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