[Esp./Eng.] La gripe y sus estaciones. || The Flu and Its Seasons.
If you prefer the English version, click on the following link 👉 HERE
La gripe y sus estaciones
Hay quienes miden el paso del tiempo por aniversarios o celebraciones, yo lo hago contando gripes. Es curioso: casi siempre llegan puntuales, dos veces al año. Una se cuela con el perfume de la primavera, la otra, más discreta, aparece cuando septiembre y sus hojas doradas anuncian el otoño. Podría parecer una maldición, pero he aprendido a ver la gripe desde otro ángulo: como un rito de paso, una renovación inesperada.
Bing IA
En esos días en que la fiebre es el único sol que se asoma por la ventana, y el cuerpo decide recordar que es vulnerable, me doy espacio para la pausa. La gripe no solo me reclama descanso, también me regala introspección. Bajo las mantas, entre vahos de miel y limón, me descubro más paciente, más atenta a las señales de mi cuerpo. ¿Por qué negar que, en ese encierro forzoso, hay algo de ceremonia? Es como si cada estornudo limpiara viejos pensamientos, como si el dolor de garganta fuese el eco de palabras no dichas que, finalmente, encuentran salida.
Cuando por fin se disipa la niebla de malestares, surge una versión renovada de mí. Más suave, menos presurosa. La gripe, esa incómoda visitante, me recuerda que también el cuerpo necesita sus estaciones de cambio. Y así, en cada recaída, encuentro un modo distinto de abrazar la vida: con vulnerabilidad, pero también con gratitud, por la capacidad de adaptarse y renacer, como la naturaleza misma. Estoy a la espera de una nueva gripe.
Hay quienes miden el paso del tiempo por aniversarios o celebraciones, yo lo hago contando gripes. Es curioso: casi siempre llegan puntuales, dos veces al año. Una se cuela con el perfume de la primavera, la otra, más discreta, aparece cuando septiembre y sus hojas doradas anuncian el otoño. Podría parecer una maldición, pero he aprendido a ver la gripe desde otro ángulo: como un rito de paso, una renovación inesperada.
Bing IA
En esos días en que la fiebre es el único sol que se asoma por la ventana, y el cuerpo decide recordar que es vulnerable, me doy espacio para la pausa. La gripe no solo me reclama descanso, también me regala introspección. Bajo las mantas, entre vahos de miel y limón, me descubro más paciente, más atenta a las señales de mi cuerpo. ¿Por qué negar que, en ese encierro forzoso, hay algo de ceremonia? Es como si cada estornudo limpiara viejos pensamientos, como si el dolor de garganta fuese el eco de palabras no dichas que, finalmente, encuentran salida.
Cuando por fin se disipa la niebla de malestares, surge una versión renovada de mí. Más suave, menos presurosa. La gripe, esa incómoda visitante, me recuerda que también el cuerpo necesita sus estaciones de cambio. Y así, en cada recaída, encuentro un modo distinto de abrazar la vida: con vulnerabilidad, pero también con gratitud, por la capacidad de adaptarse y renacer, como la naturaleza misma. Estoy a la espera de una nueva gripe.
Ven y participa, aún estás a tiempo. Toda la información la podrás encontrar cada día en la Comunidad #Freewritehouse. Específicamente, el día de hoy, aquí la publicación del prompt:
«una nueva gripe»
Portada de la iniciativa.
Dedicado a todos aquellos que, día a día, con su arte, hacen del mundo un lugar mejor.
The Flu and Its Seasons
Some people measure the passage of time by anniversaries or celebrations; I do it by counting bouts of the flu. It's curious: they almost always arrive punctually, twice a year. One sneaks in with the scent of spring; the other, more discreetly, appears when September and its golden leaves announce autumn. It might seem like a curse, but I've learned to see the flu from another angle: as a rite of passage, an unexpected renewal.
Bing AI
On those days when fever is the only sun that peeks through the window, and my body decides to remember that it's vulnerable, I give myself space for a break. The flu not only demands rest, it also gives me introspection. Under the covers, amidst the vapors of honey and lemon, I find myself more patient, more attentive to my body's signals. Why deny that, in this forced confinement, there is something ceremonial? It's as if each sneeze clears old thoughts, as if my sore throat were the echo of unspoken words that finally find their way out.
When the fog of discomfort finally clears, a renewed version of me emerges. Softer, less rushed. The flu, that uncomfortable visitor, reminds me that the body, too, needs its seasons of change. And so, with each relapse, I find a different way to embrace life: with vulnerability, but also with gratitude, for the ability to adapt and be reborn, like nature itself. I'm waiting for a new flu.
Some people measure the passage of time by anniversaries or celebrations; I do it by counting bouts of the flu. It's curious: they almost always arrive punctually, twice a year. One sneaks in with the scent of spring; the other, more discreetly, appears when September and its golden leaves announce autumn. It might seem like a curse, but I've learned to see the flu from another angle: as a rite of passage, an unexpected renewal.
Bing AI
On those days when fever is the only sun that peeks through the window, and my body decides to remember that it's vulnerable, I give myself space for a break. The flu not only demands rest, it also gives me introspection. Under the covers, amidst the vapors of honey and lemon, I find myself more patient, more attentive to my body's signals. Why deny that, in this forced confinement, there is something ceremonial? It's as if each sneeze clears old thoughts, as if my sore throat were the echo of unspoken words that finally find their way out.
When the fog of discomfort finally clears, a renewed version of me emerges. Softer, less rushed. The flu, that uncomfortable visitor, reminds me that the body, too, needs its seasons of change. And so, with each relapse, I find a different way to embrace life: with vulnerability, but also with gratitude, for the ability to adapt and be reborn, like nature itself. I'm waiting for a new flu.
Come and participate, there's still time. You can find all the information daily in the #Freewritehouse Community. Specifically, today's prompt post:
«a new flu»
Cover of the initiative.
Dedicated to all those writers who contribute, day by day, to making our planet a better world.
Tan puntuales ellas verdad, esas de temporada. Bueno a mi no me tumban con fiebre, un poco de dolor de cabeza, pero me cuesta un mundo lograr quitármelas cuando me dan. Un abrazo.
A mí me encanta el invierno, aunque con él me salgan achaques olvidados 🫣
En Cuba no tenemos para la gripe "horario ni fecha en el calendario" como dice la canción, todo mes es bueno para ella porque cuando no tenemos lluvia o frío tenemos polvo o polen, vaya, algo asi como el paraíso gripal 🤦🏼♀️
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STOPLa gripe tremenda compañera cuando la tenemos y no nos quiere soltar, buena descripcion me gusto cantidad 😅
That's an interesting way to look at illness!
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