[Esp./Eng.] Bailando con mis dos sombras. || Dancing with my two shadows.



If you prefer the English version, click on the following link 👉 HERE




Bailando con mis dos sombras


Amigas, amigos, ¿cómo están? Hoy quiero abrirme un poco con ustedes, contarles algo que me ha tenido pensando desde que @charjaim hizo la propuesta del tema, en su acostumbrada columna Esa vida nuestra en su versión #35, con el tema ¿Cómo superar las fobias? Veamos.

Son esas cosas que te dan vueltas en la cabeza por la noche y al día siguiente amaneces con la respuesta. Y, bueno, después de una introspección, concluyo que desde hace mucho tiempo, he vivido con dos miedos muy grandes. Dos sombras que, casi sin darme cuenta, han ido moldeando la persona que soy.


Uno Bravo

La primera sombra, la más profunda, es un pánico terrible a perder a la gente que quiero. Un terror a la muerte, pero no a la mía, sino a la de ellos. Después supe que a eso le dicen tanatofobia, pero para mí, ese miedo tiene un nombre: Sofía, mi hija. Se fue cuando tenía apenas once años. Y desde ese día, se me metió en el cuerpo un pavor silencioso a la ausencia, a ese hueco que no se llena con nada.


Psicología y Mente

El otro fantasma es diferente, es más físico, más de las entrañas. Es un miedo paralizante al dolor. No el susto normal, es algo mucho más bestial. Y también sé de dónde viene. Nació en el frío de un consultorio, con ese olor a clínica y esa luz blanca que te ciega. Yo era un niño, era mi cuarta operación de la vista, y el doctor le dijo a mi mamá unas palabras que se me quedaron grabadas hasta el son de hoy: “Señora, que su hijo no tenga nunca un dolor de muela, porque lo puede dejar ciego”. ¡Imagínense! En mi cabeza de niño, un simple dolor de muela se convirtió en la posibilidad de quedarme ciego para siempre.

Pero aquí estamos, la vida sigue y uno no se puede dejar vencer. He aprendido a convivir con mis fantasmas. A veces los enfrento, otras simplemente los manejo para que no me jodan la vida. ¡Uff!, disculpen el abuso de confianza.

Lo de Sofía fue lo más duro, por supuesto. Verla consumirse por su enfermedad fue como caer en un pozo sin fondo -ya le he contado-. Y en ese pozo, allá en mi Venezuela, o te ahogas o buscas la manera de salir airoso del pozo. Yo sentí que tenía que hacer algo, pues, Con la ayuda increíble de la gente de CESAP, empecé a organizar unos talleres para padres que habían pasado por lo mismo que yo. Yo no daba consejos, solo compartía mi herida para ayudar a otros a sanar las suyas. Canalizar mi luto de esa forma me dio un nuevo aire, una razón para seguir. Y lo más increíble es que me enteré de que, quince años después de que me vine a Canadá, ¡esos talleres todavía se siguen dictando! Saber eso, se los juro, es un bálsamo. Siento que el amor por mi hija se multiplicó y sigue por ahí, abrazando a gente que lo necesita.

Con el miedo al dolor, la cosa fue distinta. Más práctica. Casi una guerra personal. Si una frase me metió el miedo en el cuerpo, yo decidí contraatacar con acciones. Me convertí en un obsesivo de la prevención. ¿El resultado? A mi edad, tengo toda mi dentadura completa, ¡hasta las muelas del juicio!, bueno, 30 piezas dentales, dos de las cueles son las famosas “muelas del juicio”, je, je, je. Me mato haciendo ejercicio para que el cuerpo aguante, para que no empiecen los achaques. Controlo el peso a rajatabla. Básicamente, en vez de acobardarme esperando el dolor, decidí construir un cuerpo fuerte que no se la ponga tan fácil.

Esa es mi historia, mi gente. La de un hombre que aprendió a no bajarle la mirada a sus miedos. Uno lo transformé en ayuda para otros. Al otro lo mantengo a raya con sudor y disciplina. No, no han desaparecido. Sería mentira decirlo. Pero ya no son los jefes. Ahora son cicatrices que me recuerdan de dónde vengo y la fuerza que no sabía que tenía.






Portada de la Iniciativa.


Creciendo como persona, busca y encuentra lo que necesitas para ser un mejor humano en la Comunidad Holos&Lotus. De seguro, hay un tema que te llamará la atención.



Infografía propia de la Comunidad Holos&Lotus





🔆+++🔆+++🔆+++🔆+++🔆+++🔆+++🔆+++🔆+++🔆+++🔆




Dedicado a todos aquellos que, día a día, hacen del mundo un lugar mejor.













Dancing with my two shadows


Friends, how are you? Today I want to open up a little with you, to tell you something that's been on my mind since @charjaim proposed the topic in his usual column That Life of Ours in its 35th edition, on the topic: How to Overcome Phobias? Let's see.

They're those things that go around in your head at night, and the next day you wake up with the answer. And, well, after some introspection, I conclude that for a long time, I've lived with two very big fears. Two shadows that, almost without realizing it, have been shaping the person I am.


UNOBRAVO

The first shadow, the deepest, is a terrible panic about losing the people I love. A terror of death, but not my own, but theirs. I later learned that this is called thanatophobia, but for me, that fear has a name: Sofía, my daughter. She left when she was barely eleven years old. And from that day on, a silent dread of absence, of that void that nothing can fill, settled in my body.


CPD online

The other ghost is different, more physical, more from the gut. It's a paralyzing fear of pain. Not the normal fear, it's something much more brutal. And I also know where it comes from. It was born in the cold of a doctor's office, with that clinical smell and that blinding white light. I was a child, on my fourth eye surgery, and the doctor said to my mother some words that have stayed with me to this day: "Madam, don't let your son ever have a toothache, because it could make him blind." Imagine! In my child's mind, a simple toothache turned into the possibility of going blind forever.

But here we are, life goes on, and one cannot give up. I've learned to live with my ghosts. Sometimes I face them, other times I simply manage them so they don't screw up my life. Phew! Sorry for the breach of trust.

What happened with Sofía was the hardest, of course. Watching her waste away from her illness was like falling into a bottomless pit—I've already told you about it. And in that pit, back in my Venezuela, you either drown or find a way out unscathed. I felt I had to do something, so. With the incredible help of the people at CESAP, I began organizing workshops for parents who had gone through the same thing as me. I didn't give advice; I just shared my wounds to help others heal theirs. Channeling my grief in that way gave me a new lease of life, a reason to continue. And the most incredible thing is that I found out that, fifteen years after I came to Canada, those workshops are still being offered! Knowing that, I swear, is a balm. I feel like my love for my daughter has multiplied and is still out there, embracing people in need.

With the fear of pain, things were different. More practical. Almost a personal war. If a phrase instilled fear in me, I decided to fight back with action. I became obsessed with prevention. The result? At my age, I have a full set of teeth, even my wisdom teeth! Well, 30 teeth, two of which are the famous "wisdom teeth," ha ha ha. I work hard at exercising so my body can handle it, so the ailments don't start. I strictly control my weight. Basically, instead of cowering in anticipation of pain, I decided to build a strong body that doesn't make it so easy.

That's my story, my people. The story of a man who learned not to look down on his fears. I turned one into help for others. I keep the other one at bay with sweat and discipline. No, they haven't disappeared. It would be a lie to say so. But they're no longer the bosses. Now they're scars that remind me of where I come from and the strength I didn't know I had.






Cover of the Initiative.


Growing as a person, seek and find what you need to be a better person in the Holos&Lotus Community. Surely, there's a topic that will catch your attention.



Community's own infographic Holos&Lotus





🔆+++🔆+++🔆+++🔆+++🔆+++🔆+++🔆+++🔆+++🔆+++🔆




Dedicated to all those who, day after day, make the world a better place.









0
0
0.000
17 comments
avatar

Siempre que te leo amigo, me sumerjo un poco en tu mente pues nos llevas un poco hasta allí. Es increíble lo que nuestras experiencias nos marcan, tanto las buenas como las no tan buenas... pero estas ultimas te dejan unas huellas candentes, cicatrices que duelen de vez en cuando, pero que aprendemos a mediar por medio de varias herramientas que vamos consiguiendo por el camino como has hecho tu. Como por ejemplo, impartiendo esos talleres que te ayudaron a gestionar tu dolor, tu luto y que no solamente te ayudaste tu, sino que ayudaste a otros has dejado huellas, un legado y por otro parte eres un modelo de la prevención, aquellas palabras imprudentes de ese medico se convirtieron en una manera de buscar la manera de cuidarte mas a conciencia y ha sido lo mejor.
Y esta frase "Pero ya no son los jefes..." cierran con broche de oro, como mantienes el limite con esas fobias. Me encanto leerte amigo, saludos bendecidos!

0
0
0.000
avatar

No ha sido fgácil, pero tampoco fue impoosible. Y el jefe de tus acciones, de tus sentimientos, de tus..., eres tú misma; toma el control. Se libre y feliz. Bendiciones.

0
0
0.000
avatar

Cada vez que lo leo, le tengo más respeto y admiración, es increíble todo lo que le ha tocado vivir, y la voluntad que tiene para hacer las cosas. Apenas estoy conociéndolo, cuando leí la superación de la enfermedad de su hijo, y nombró a Sofía imaginé que estaba en otro país, no sabía lo que realmente sucedio, y después de su muerte usted no se quedó en el lamento, ayudó a otros que estaban pasando por lo que usted pasó, para darle fortaleza y consuelo, y dejó un legado, ya que aún en su ausencia, los talleres continuaron.

Además de ayudarse a no sentir dolor, ya que podría quedar ciego, eso no lo achicopalo, más bien inicio una serie de entrenamiento y cuidados, para alejar de su cuerpo, los dolores. Siempre será un gusto leerlo. Dios lo bendiga siempre 🙏🏾

0
0
0.000
avatar

Son más de 6 décadas viviendo y aún queda mundo por transitar. Es la misma vida la que nos enseña y si no aprendes, nos repite la lección una y otra vez (se aspira que la asimilemos antes de morir je, je, je). Gracias por su noble comentario y su rutinaria presencia en mi blog. Un abrazo lleno de bendiciones.

0
0
0.000
avatar

Te abrazo, querido amigo. Sólo puedo decir eso. La historia que compartes con nosotros es conmovedora.

0
0
0.000
avatar

Gracias linda, te devuelvo el abrzo con candidez y lleno de bendiciones.

0
0
0.000
avatar

Tú escritura siempre me deja sin palabras y reflexiva. Tu camino no ha sido fácil pero siempre has sacado, además del aprendizaje, el deseo de seguir ayudando a otros y eso es loable.

Saludos cordiales.

0
0
0.000
avatar

Usted también ha aprendido de sus propias experiencias, todas esas difíciles situaciones que ha vivido y con el pasar del tiempo ya le es fácil decidir que acciones tomar. Es la edad con la experiencia la que nos hace inteligentes.

0
0
0.000
avatar

Es increíble lo mucho que podemos aprender leyendo nuestras historias. Leer esta publicación me enseña a perseverar y a alimentar mi fuerza de voluntad. Cuidar el cuerpo para prevenir el dolor, qué gran aprendizaje. El amor de tu hija se multiplica día a día. Te abrazo.

0
0
0.000
avatar

Quizá al principio te cueste un poco, pero con la práctica, pues, se vuelve rutina. Agrego que nunca he fumado ni ingiero bebidas alcohólicas.

Gracias por su amable comentario, su presencia y apoyo. Un abrazo lleno de bendiciones.

0
0
0.000
avatar

Lo que compartes siempre me deja pensando, te ha tocado un camino difícil, pero has seguido adelante, la muerte de un hijo es terrible. Tus reflexiones son muy valiosas y no imaginas lo que aportan, me alegra que todavía se sigan haciendo esos talleres, fuiste pionero para que otros puedan canalizar su dolor. Saludos, @amigoponc 🤗.

0
0
0.000
avatar

Algunos me han comentado que lo muestro como si fuese fácil, pero en realidad, no te imaginas lo dificil que es.

Gracias por su comentario y apoyo, me alegra leerla en mi blog. Bendiciones.

0
0
0.000
avatar

Amigo, son realmente muy fuertes las causas de sus miedos, lo que demora su fortaleza de espíritu. Muy sabías las alternativas de que se valió. Saludos

0
0
0.000
avatar

Es que no son para nada menos esas terribles y malas experiencias vividas,

0
0
0.000
avatar

Hola @amigoponc.Tus historias siempre me dejan emociones pero tambien admiración porque has sabido a pesar del dolor, canalizar hacia el amor esas situaciones muy dolorosas..Y ese dentista realmente ni te ayudo como niño con ese comentario, pero que bueno lo has superado con fortaleza y disciplina.
Muchas bendiciones y felíz noche.✨️

0
0
0.000
avatar

Gracias, amigo por estar presente. No fue el dentista, fue el médico especialista oftalmólogo quien realizó la última operación de mis ojos. Bendiciones

0
0
0.000