¡Hello Hive community!

My dear niece Yanis is a little girl full of light and joy. From the moment she was born, she has been the sun that lights up our lives, with her contagious smile and her adventurous spirit. Every day with her is a new opportunity to discover the world through her eyes, full of wonder and curiosity.

Recently, I had the pleasure of accompanying her and my sister to her friend Bernardo's birthday party. It was a magical experience that I will always treasure in my heart. Yanis was thrilled, and her enthusiasm was palpable from the moment we began preparing for the party.

On the morning of the birthday, Yanis woke up early, full of energy and excitement. With her melodious laughter, she woke everyone in the house, announcing that the special day had arrived. Together with my sister, we set out to help her get dressed. She chose a brightly colored dress that further highlighted her joy and vitality. Watching her twirl and laugh as she looked in the mirror was a moment full of tenderness and love.

On the way to the party, Yanis kept talking about Bernardo. With every word, he showed the affection and sincere friendship that unites them. My sister and I looked at each other, knowing that these were the moments that really mattered in life: to see our loved ones happy and fulfilled.

Arriving at the birthday party, we were greeted by an explosion of colors and laughter. The children were running and playing, and Yanis soon joined them, radiating joy. My sister and I stood to the side, watching as our little girl interacted with her friends, sharing, laughing and enjoying every moment. It was a beautiful sight to see how Yanis' light illuminated those around her.

Bernardo, the birthday boy, was just as radiant. Seeing the connection between him and Yanis was a reminder of the purity and sincerity of childhood friendship. The two embraced and began to play, forgetting the world around them. My heart was filled with love to see my niece so happy, surrounded by affection and laughter.

During the party, there were moments that will remain etched in my memory forever. Yanis' smile when she saw the birthday cake, her eyes shining with the light of the candles, and her laughter when she tried to blow them out with Bernardo, are memories that I will treasure forever. My sister and I shared looks of complicity and pride, knowing that we were creating indelible memories for our beloved Yanis.

The afternoon flew by amidst games, songs and hugs. At the end of the day, Yanis was exhausted but happy. We said goodbye to Bernardo and his family, thanking them for the beautiful celebration. As we drove home, Yanis, in her sweet voice, told us how much she had enjoyed it and how special it had felt to be surrounded by her friends.

That night, as we put Yanis to bed, I couldn't help but feel a deep sense of gratitude. Being a part of her life, accompanying her on her adventures and watching her grow up is a priceless gift. My sister and I sat by her bedside, watching her fall asleep with a smile on her face, and we knew that those moments of happiness were the ones that really mattered.

Yanis is a little girl full of love, and every day by her side is a blessing. Accompanying her to her friend Bernardo's birthday was an experience that reminded us of the importance of friendship, family and unconditional love. Seeing her so happy, surrounded by love and laughter, was a reminder that life is made up of those little moments that, together, form the most beautiful memories.

I will always be grateful to have Yanis in my life. She is a constant source of joy and love, and every moment with her is a treasure that I keep deep in my heart.

I hope you enjoyed it as much as I did!

Spanish version

¡Hola comunidad de Hive!

Mi querida sobrina Yanis es una niña llena de luz y alegría. Desde el momento en que nació, ha sido el sol que ilumina nuestras vidas, con su sonrisa contagiosa y su espíritu aventurero. Cada día con ella es una nueva oportunidad para descubrir el mundo a través de sus ojos, llenos de asombro y curiosidad.

Recientemente, tuve el placer de acompañarla, junto con mi hermana, al cumpleaños de su amigo Bernardo. Fue una experiencia mágica que atesoraré siempre en mi corazón. Yanis estaba emocionadísima, y su entusiasmo era palpable desde el momento en que comenzamos a prepararnos para la fiesta.

La mañana del cumpleaños, Yanis se despertó temprano, llena de energía y emoción. Con su risa melodiosa, despertó a todos en la casa, anunciando que el día especial había llegado. Junto con mi hermana, nos dispusimos a ayudarla a vestirse. Eligió un vestido de colores vivos que resaltaba aún más su alegría y vitalidad. Verla girar y reír mientras se miraba en el espejo fue un momento lleno de ternura y amor.

Camino a la fiesta, Yanis no paraba de hablar sobre Bernardo. Con cada palabra, dejaba entrever el cariño y la amistad sincera que los une. Mi hermana y yo nos mirábamos, cómplices, sabiendo que estos momentos eran los que realmente importaban en la vida: ver a nuestros seres queridos felices y plenos.

Al llegar al cumpleaños, fuimos recibidos por una explosión de colores y risas. Los niños corrían y jugaban, y Yanis no tardó en unirse a ellos, irradiando alegría. Mi hermana y yo nos quedamos a un lado, observando cómo nuestra pequeña interactuaba con sus amigos, cómo compartía, reía y disfrutaba cada instante. Era un espectáculo hermoso ver cómo la luz de Yanis iluminaba a quienes la rodeaban.

Bernardo, el cumpleañero, estaba igual de radiante. Ver la conexión entre él y Yanis fue un recordatorio de la pureza y la sinceridad de la amistad en la niñez. Los dos se abrazaron y comenzaron a jugar, olvidándose del mundo a su alrededor. Mi corazón se llenó de amor al ver a mi sobrina tan feliz, rodeada de cariño y risas.

Durante la fiesta, hubo momentos que quedarán grabados en mi memoria para siempre. La sonrisa de Yanis al ver la torta de cumpleaños, sus ojos brillando con la luz de las velas, y su risa al intentar soplarlas junto a Bernardo, son recuerdos que atesoraré por siempre. Mi hermana y yo compartimos miradas de complicidad y orgullo, sabiendo que estábamos creando recuerdos imborrables para nuestra querida Yanis.

La tarde pasó volando entre juegos, canciones y abrazos. Al final del día, Yanis estaba exhausta pero feliz. Nos despedimos de Bernardo y su familia, agradeciéndoles por la hermosa celebración. Mientras regresábamos a casa, Yanis, con su voz dulce, nos contó lo mucho que había disfrutado y lo especial que se había sentido al estar rodeada de sus amigos.

Esa noche, mientras acostábamos a Yanis, no pude evitar sentir una profunda gratitud. Ser parte de su vida, acompañarla en sus aventuras y verla crecer es un regalo invaluable. Mi hermana y yo nos sentamos junto a su cama, viendo cómo se dormía con una sonrisa en el rostro, y supimos que esos momentos de felicidad eran los que realmente importaban.

Yanis es una niña llena de amor, y cada día a su lado es una bendición. Acompañarla al cumpleaños de su amigo Bernardo fue una experiencia que nos recordó la importancia de la amistad, la familia y el amor incondicional. Verla tan feliz, rodeada de cariño y risas, fue un recordatorio de que la vida está hecha de esos pequeños momentos que, juntos, forman los recuerdos más hermosos.

Siempre estaré agradecida por tener a Yanis en mi vida. Ella es una fuente constante de alegría y amor, y cada momento con ella es un tesoro que guardo en lo más profundo de mi corazón.

¡Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo!