🇪🇸|🇬🇧 Mensaje diario de 5 minutos: La Trampa de la Reputación | Historia • Daily 5 Minute Message: The Reputation Trap | History

En la oficina, la reputación era como el café de la mañana: todo el mundo le echaba su cucharadita de opinión, lo revolvía un poco y lo pasaba de boca en boca.

Laura lo sabía mejor que nadie. Llevaba años perfeccionando el arte del chisme. No todo lo que decía era mentira, pero tampoco era completamente verdad. Solo bastaba con darle el giro correcto, soltarlo en el momento indicado y dejar que la imaginación de los demás hiciera el resto.

Pero esa mañana, apenas cruzó la puerta de la oficina, sintió las miradas clavarse en ella. Susurros, risitas contenidas, conversaciones que se apagaban justo cuando pasaba. Mal asunto.

A la hora del almuerzo, Pablo se le acercó con esa sonrisita de tipo que viene a ver cómo te prendes fuego.

¿Cómo va todo, Laurita? preguntó con tono de quien ya sabe la respuesta.

Laura apenas levantó la vista de su bandeja. No lo sé, Pablito. Ilumíname.

Pablo se sentó frente a ella, acomodándose como quien se prepara para disfrutar el espectáculo.

Dicen por ahí que te vieron con el jefe en su oficina… ya sabes cómo es la gente.

Laura sintió el golpe, pero no dejó que se le notara.

Eso es mentira, respondió sin pestañear.

Pablo se encogió de hombros, como si no fuera con él.

¿Y qué importa? Lo que importa es lo que la gente cree.

Ahí estaba. Su propia medicina, servida en bandeja de plata. Pablo se la tenía jurada desde que, meses atrás, Laura había corrido la voz de que él se estaba quedando con los viáticos. ¿La gente comprobó si era cierto? No. ¿Importaba? Tampoco. La historia era muy buena, y con eso bastaba.

Laura respiró hondo y esbozó una sonrisa que hizo que Pablo frunciera el ceño.

Ay, Pablito… qué ingenuo eres.

Una cosa es soltar un chisme, y otra muy distinta es hacer que la gente se lo crea. Y, si de algo estoy segura, es que en esta oficina todos creen en mis historias.

Pablo sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

Laura sonrió y continuó...

¿Estás listo para lo que te viene?. Porque destruir una reputación es fácil. Pero mantenerla… eso ya es otro nivel.

Pablo tragó saliva. Por primera vez, sintió que se había metido con la persona equivocada.

At the office, reputation was like morning coffee: everyone would spoon in their opinion, stir it a bit, and pass it around.

Laura knew this better than anyone. She had spent years perfecting the art of gossip. Not everything she said was a lie, but it wasn't completely true either. All it took was the right spin, the right moment, and letting other people's imaginations do the rest.

But that morning, as soon as she crossed the office door, she felt the stares fixed on her. Whispers, stifled giggles, conversations that died down just as she passed. Bad business.

At lunchtime, Pablo approached her with that little smile of a guy who comes to see you set yourself on fire.

How is everything going, Laurita? he asked in the tone of someone who already knows the answer.

Laura barely raised her eyes from her tray. I don't know, Pablito. Enlighten me.

Pablo sat down in front of her, settling in like someone who is preparing to enjoy the show.

They say that they saw you with the boss in his office... you know how people are.

Laura felt the blow, but she didn't let it show.

That's a lie, she answered without blinking.

Pablo shrugged his shoulders, as if it had nothing to do with him.

And what does it matter? What matters is what people believe.

There it was. His own medicine, served on a silver platter. Pablo had been sworn to get it since, months ago, Laura had spread the word that he was keeping the expenses. Did people check if it was true? No. Did it matter? Neither. The story was very good, and that was enough.

Laura took a deep breath and smiled, which made Pablo frown.

Oh, Pablito... you're so naive.

It's one thing to spread gossip, and quite another to make people believe it. And, if there's one thing I'm sure of, it's that in this office everyone believes my stories.

Pablo felt a chill run down his spine.

Laura smiled and continued...

Are you ready for what's coming to you? Because destroying a reputation is easy. But maintaining it... that's another level.

Pablo swallowed. For the first time, he felt like he had messed with the wrong person.