La gran nube elefante / The Great Elephant Cloud
Hola, amigos de Literatos, he cazado un arcoiris. Y eso me inspiró este pequeño relato.
A veces, caminas sin ganas por esta ciudad. Demasiadas reocupaciones con si habrá agua para bañarte cuando llegues, y electricidad, qué vas a comer... No hay tiempo para mirar los pájaros o las flores, observar el cielo y ver la gran nube dorada que nació al terminar la lluvia.
La gran nube dorada, por su parte, no tenía mucho que hacer, salvo observar el mundo debajo ella. Y le gustaba lo que veía. Demasiadas casas de pocos pisos, recostadas unas contra otras. Ríos de carros en unas pocas calles, ahumadas por los tubos de escape, y muchas otras calles, estrechas y tranquilas. Con niños jugando a patear balones y adultos sentados en torno a las mesas de dominó en las aceras. La nube, naturalmente, no podía poner nombres humanos a nada de lo que veía, pero aún así le resultaba divertido ver todo ese afán en la gente diminuta.
Allá abajo, llegar a casa puede ser todo un reto. No hay dinero para taxis, pero el transporte publico resulta incapturable. Mientras más tiempo gastes en el trayecto, menos te quedará para terminar los pendientes y tener un momento de quietud, antes de caer en la cama para unas horas de dormir sin sueños. Siempre te saben a muy poco, antes de que la alarma del despertador te lance de nuevo a estas calles a vivir la odisea inversa, lograr llegar al trabajo a tiempo. Como si no bastara, el día se lo ha pasado nublado. Hace mucho calor, aún así llovizna con frecuencia.
La gran nube dorada miraba a las personitas de allá abajo y quiso saludarlas. Les lanzó besos. Muy pronto se vaciaron las calles, excepto por los carros. A esos, el beso de las nubes parecía no importarles. La gran nube dorada contempló como, apenas cesaba en sus esfuerzos, las figuritas aparecían de nuevo. Los niños ahora brincaban en los charcos.
A veces, la monotonía se rompe con un hecho inesperado. Y en este caso fue la luz. Tras la lluvia, la ciudad se inundó de una luz dorado claro, que la mayoría de las personas no llegaron a ver, pero unos pocos sí. Esos pocos fueron los que descubrieron la gran nube dorada que flotaba sobre la ciudad y el arcoiris que caía de uno de sus lados. Estos elegidos, pensaron que la nube era un elefante de ensueño, con una trompa de muchos colores. A sus pies, la ciudad era como un charco del que la nube elefante bebía, chupando las angustias y las carencias, el cansancio, las prisas y toda la tristeza.
Gracias por leer hasta aquí. Si pueden, déjenme su opinión en los comentarios.
Foto y texto hechos por mí y de mi propiedad.
Traducción al inglés con Deepseek.
Hello, friends of Literatos. I have captured a rainbow. And that inspired this little story.
Sometimes, you walk listlessly through this city. Too many worries like whether there will be water to bathe when you get home, and electricity, what you will eat... There's no time to look at the birds or the flowers, to observe the sky and see the great golden cloud born after the rain ended.
The great golden cloud, for its part, didn't have much to do, except observe the world beneath it. And it liked what it saw. Too many low-rise houses, leaning against each other. Rivers of cars on a few streets, smoky from exhaust pipes, and many other streets, narrow and quiet. With children playing soccer and adults sitting around domino tables on the sidewalks. The cloud, naturally, couldn't put human names to anything it saw, but it still found it amusing to watch all that hustle and bustle in the tiny people.
Down there, getting home can be quite a challenge. There's no money for taxis, but public transport is uncatchable. The more time you spend on the commute, the less you have left to finish your pending tasks and have a moment of quiet, before collapsing into bed for a few hours of dreamless sleep. Those hours always feel too short, before the alarm clock throws you back into these streets to live the reverse odyssey: managing to get to work on time. As if that weren't enough, the day has been overcast. It's very hot, yet it drizzles frequently.
The great golden cloud watched the little people down below and wanted to greet them. It blew them kisses. Very soon the streets emptied, except for the cars. The cloud's kiss didn't seem to matter to them. The great golden cloud watched as, the moment it ceased its efforts, the little figures reappeared. The children were now jumping in puddles.
Sometimes, monotony is broken by an unexpected event. And in this case, it was the light. After the rain, the city was flooded with a clear golden light that most people didn't get to see, but a few did. Those few were the ones who discovered the great golden cloud floating over the city and the rainbow falling from one of its sides. These chosen ones thought the cloud was a dreamlike elephant, with a trunk of many colors. At its feet, the city was like a puddle from which the cloud elephant drank, sucking up the anguish and shortages, the weariness, the rush, and all the sadness.
Thank you for reading this far. If you can, please leave your opinion in the comments.
Photo and text created and owned by me.
English translation done with Deepseek.
Un relato muy sentido, muy nuestro, diario y no por ello más escuchado. Fue un placer leerlo.
!BBH
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He leído con verdadero placer este relato. Con placer y con "identificación" por todas las cosas que vive la "diminuta protagonista" allá abajo, día a día, las que vivo y arrastró yo también en lo cotidiano. Pero lo hermoso de todo es que, a pesar de sus penurias, fue una de las pocas que pudo ver la nube con su arcoiris y se dejó tocar con su magia de luz dorada.
Para mí esa luz dorada representa la esperanza, la bondad, la fé, todo lo bueno que puede estar a nuestro alrededor y también en nuestro interior pero que solo podemos captar si miramos hacia arriba y no nos dejamos anular solo por los problemas en su inmediatez.
Me encantó pasar por su blog, me encantó su relato aparentemente sencillo pero con unas imágenes hermosas - como la de la nube lanzando besos o los chicos saltando charcos - y un bello mensaje de que entre todas las vicisitudes siempre hay algo bueno en que nos podemos enfocar. Gracias por compartir. Éxito y muchas bendiciones más.
En lo cotidiano. La felicito por su participación, le auguro éxitos. La nube , bello escrito, amiga la vida diaria y lo más importante: la creación de Dios. El arcoiris, divina señal que el Creador nos dejó. La poesía: gracias por hacernos partícipes de ella.