Say no for your wellbeing/ LPUD

The human being is a complex and fragile being, capable of creating and destroying, and must also deal with feelings and emotions, which, many times, are affected or influenced, in and by their environment. This environment is made up of family, friends, the workplace, the economy, among others.

During our first years of life, in theory, we learn many things, but recognizing and managing many of those feelings and emotions is something that is being talked about more recently, emotional intelligence, so one of the most difficult words for a human being to pronounce is “no”.

Among the reasons why we find it so difficult to say no are guilt and fear of how we will be perceived after that answer. It affects us to think that we may be seen as bad, unsympathetic or selfish and that the person who is asking for something will walk away from us.

But, learning to say no is necessary for our well-being, as there is not only the risk of feeling guilty, but also the risk of being abused by those around us who notice our weakness in saying no.

In my personal case, it took me a while to learn to say no and I still deal with some guilt every time I say no, but every day I understand more and more that pleasing everyone is not good, nor healthy and also that not everyone who comes to me does it in good faith.

Seeing some cases from the outside made me more aware of how serious it can be not to learn how to say no. I will share with you the case of a friend of mine. I will share with you the case of a friend of mine, let's call her Celia.

Celia is an excellent person, who from a young age worked hard to achieve her goals, but not knowing how to say no, first her mother imposed duties on her that she did not demand from any of her siblings. She also decided who she would marry, where her grandson would study and so on, until Celia began to react.

The first thing she did was to get a divorce and, although at first she returned to her parents' house, after a while she had to deal with a brother with psychological problems, since her parents turned a blind eye, she also left the place.

Still living on her own, her mother has been able to manipulate her and unwittingly become her father's replacement and dispose of her to the point of borrowing from third parties on the assumption that she would pay.

Here is where the good part comes in, Celia is one of the Stanford Bank victims and although she was affected at some point, she is receiving money as one of the victims from the lawsuit filed by many of those affected.

The point I want to get to is that this money is not received monthly, it arrives once every month, and since she does not know how to say no, let's say that 70% of it is consumed by her family for things they do not even consult her about, and then she is left suffering because she has to improvise to solve the problem while another payment arrives.

I would like to clarify here that it is not about her disengaging herself from her family, but it is about her setting healthy limits, saying no to some toxic attitudes of those who dispose of her as they see fit.

Seeing this case from the outside, besides helping her by reminding her that sometimes our own family can become a problem, I understood how important it is to say no, because many times those who come to ask for our help today, will not be there for us when we go to them for the same reasons or some other.

In conclusion, we must learn to say no to set limits and above all not to feel guilty about it, because many times those who get angry and complain about us when we say no, are not people who truly appreciate us and if they do, they will be understanding and will not get angry when they receive a no for an answer. Thus ends my participation in the topic proposed for October 14 of Monthly Prompts | October INLEO.

I also leave here the screenshots of this month's power up

El ser humano es un ser complejo y frágil, capaz de crear y de destruir, además debe lidiar con sentimientos y emociones, los cuales, muchas veces, se ven afectados o influenciados, en y por su entorno. En ese entorno está integrado por la familia, amigos, el lugar de trabajo, la economía, entre otros.

Durante nuestros primeros años de vida, en teoría, aprendemos muchas cosas, pero el reconocer y manejar muchos de esos sentimientos y emociones es algo de lo que se habla de manera más reciente, inteligencia emocional, así una de las palabras más difíciles de pronunciar por un ser humano es no.

Entre las razones por las que se nos hace tan difícil decir no, están la culpa y el miedo al cómo nos perciban tras esa respuesta. Nos afecta pensar el que nos puedan ver como malos, poco comprensivos o egoístas y el que esa persona que está solicitando algo se aleje de nosotros.

Pero, aprender a decir no, es necesario por nuestro bienestar, ya que no solo existe el riesgo de sentirnos culpables, sino también el riesgo de ser abusados por aquellos que nos rodean y que noten nuestra debilidad para decir no.

En mi caso personal, me tomó un tiempo para aprender a decir no y todavía lidió con algo de culpa cada vez que digo no, pero cada día comprendo más que el complacer a todos no es bueno, ni sano y también que no todos acuden a mí lo hacen de buena fe.

El ver algunos casos desde afuera me hizo estar más consciente de lo grave que puede ser el no aprender a decir no. Les compartiré el caso de una amiga, llamémosla Celia

Celia es una excelente persona, quien desde joven trabajó duro para lograr sus metas, pero al no saber decir no, primero su madre le impuso deberes que no exigía a ninguno de sus hermanos. Igual decido con quién se casaría, dónde estudiaría su nieto y así, hasta que Celia comenzó a reaccionar.

Lo primero fue divorciarse y, aunque en un principio volvió a casa de sus de padres luego de un tiempo soportando el lidiar con un hermano con problemas psicológicos, ya que sus padres se hacían la vista gorda, también salió del lugar.

Aún ya viviendo por su cuenta, su madre le ha sabido manipularla y sin darse cuenta se convirtió en el reemplazo de su padre y disponen de ella al punto de pedir prestado a terceros contando con que ella pagara.

Aquí es donde viene lo bueno, Celia es una de las víctimas Stanford Bank y, aunque en algún momento se vio afectada, recibe como una de las víctimas un dinero por parte de la demanda interpuesta por muchos de los afectados.

El punto al que quiero llegar es que este dinero no se recibe mensual llega una vez cada no se sabe cuanto y al no saber decir no, digamos que un 70 % se lo consume su familia por cosas en las que ni le consultan y luego queda ella padeciendo porque le toca improvisar para resolver mientras le llega otro pago.

Deseo aclarar aquí que no se trata de que se desentienda de su familia, pero sí de que ponga límites sanos, diciendo no a algunas actitudes tóxicas de estos que disponen de ella como mejor les parece.

Al ver este caso desde afuera, además de ayudarla recordando que a veces nuestra propia familia puede convertirse en un problema, comprendí lo importante que es decir no, pues muchas veces eso que hoy vienen a solicitar nuestra ayuda, no estarán para nosotros cuando acudamos a ellos por los mismos motivos o algún otro.

En conclusión, debemos aprender a decir no a poner límites y sobre todo a no sentirnos culpables por ello, ya que muchas veces eso que se enojan y se quejan de nosotros al decirles no, no son personas que verdaderamente nos aprecien y si lo hacen serán comprensivos y no se enojarán al recibir un no por respuesta. Así termina mi participación en el tema propuesto para el día 14 de octubre de Monthly Prompts | octubre INLEO.

Así mismo dejo por acá las capturas del power up de este mes