Convivencia

La convivencia es un tema fácil de explicar, pero no de vivir, de llevar la práctica. Creo que básicamente se debe a que los seres humanos somos egoístas y priorizamos nuestros intereses sobre los otros, sobre todo las tonterías, porque si tratara de algo de vida o muerte, se justifica.

Hace ya unas semanas se están arreglando algunas áreas de la urbanización, para ser específica la cancha y el parque infantil, eso nos ha traído a todos alegría porque volveremos a ver nuestro parque infantil arreglado, pero también ha mostrado como algunos vecinos están desubicados y piensan solo en sí mismos.

El problema empezó cuando dos vecinas se pusieron digamos que creativas y pidieron que se abriera por la pared perimetral un acceso para acceder a una pasarela que cruza sobre la av. Boyacá y conecta con San Bernardino, allí comenzó una polémica, ya que solo un grupito de aproximadamente cuatro personas no puede decidir sobre una comunidad que tiene 88 apartamentos.

Si el tema se hubiera discutido en alguna reunión y la mayoría hubiera estado de acuerdo, los que no lo estábamos, hubiéremos tenido que aceptarlo, pero eso no paso, el otro tema es que ese acceso en algún momento éxito y era abierto, es decir sin rejas, y como comunidad tuvimos que cerrarlo, pues se volvió una guillotina en la que era entrada y salida para ladrones, hasta a algunos apartamentos de la Urbanización se metieron a robar, además de robarse hasta vehículos completos.

Aunque todo esto se le narró a estas vecinas, estaban empecinadas en que se abriera dicha puerta, sobre todo una de ellas, ya que su hijo estudia en San Bernardino, pero lo tiene en un transporte. En fin, no entiendo para qué rayos, quiere la puerta si en realidad no tiene que ir a buscarlo a pie.

Toda esta situación ha ocasionado discusiones y hasta mentiras descaradas de algunos de los que querían la dichosa puerta, que hasta el momento no se ha logrado, pero todavía hay insistencia al respecto.

Esta experiencia me ha recordado que muchas veces olvidamos que cuando vivimos en urbanismos no podemos pensar solo en nosotros, pasar por encima de los demás, tomar decisiones sin tomar en cuenta al resto y sobre todo si eso puede afectar la seguridad de la colectividad.

Como es de esperarse, la mayoría de estos shows, como yo les llamo yo, se dan por los famosos grupos de WhatsApp que se han formado en la mayoría de urbanismos, edificios y más, porque como sabemos, el teléfono todo lo aguanta y por eso todos o muchos por allí son valientes.

La maravilla de poder compartir mi experiencia en espacios como este es que puedo reevaluarlos y aunque en su momento me molestaron, ahora me da risa, porque parece que viviera rodeada de locos, por eso debo estar en mis cabales para poder lidiar con ellos por las buenas, hasta donde se pueda y si toca ponerse más serio y pararles como decimos en Venezuela, el trote, pues toca.

Coexistence is an easy concept to explain, but not so easy to live by or put into practice. I think this is basically because human beings are selfish and prioritize our own interests over others, especially when it comes to trivial matters, because if it were a matter of life and death, it would be justified.

A few weeks ago, some areas of the neighborhood were being repaired, specifically the sports field and the playground. This made us all happy because we will once again be able to enjoy our playground, but it also showed how some neighbors are out of touch and only think of themselves.

The problem began when two neighbors got, let's say, creative and asked for an access point to be opened in the perimeter wall to access a walkway that crosses Boyacá Avenue and connects to San Bernardino. That's when the controversy began, since only a small group of about four people cannot decide on behalf of a community that has 88 apartments.

If the issue had been discussed at a meeting and the majority had agreed, those of us who did not agree would have had to accept it, but that did not happen. The other issue is that this access was at one point successful and was open, that is, without bars, and as a community we had to close it, as it became a guillotine that was an entrance and exit for thieves. They even broke into some apartments in the neighborhood and stole entire vehicles.

Although all of this was explained to these neighbors, they were determined to have the gate opened, especially one of them, since her son studies in San Bernardino but has to take public transportation. Anyway, I don't understand why she wants the gate if she doesn't actually have to walk to pick him up.

This whole situation has led to arguments and even blatant lies from some of those who wanted the gate, which has not yet been achieved, but there is still insistence on the matter.

This experience has reminded me that we often forget that when we live in urban developments, we can't just think about ourselves, step over others, make decisions without taking the rest into account, and especially if that can affect the safety of the community.

As expected, most of these shows, as I call them, take place on the famous WhatsApp groups that have been formed in most urban developments, buildings, and more, because, as we know, the phone can handle anything, and that's why everyone or many people there are brave.

The wonderful thing about being able to share my experience in spaces like this is that I can reevaluate them, and although they bothered me at the time, now I laugh, because it seems like I live surrounded by crazy people, so I have to be in my right mind to be able to deal with them peacefully, as far as possible, and if I have to get more serious and stop them, as we say in Venezuela, the trot, then so be it.