The discipline of order / La disciplina del orden (eng-esp)
Hello, friends of @holos-lotus.
I can assure you of one thing: I try to be an organized person. The sad thing is that, in many aspects, I am: in my work, in my household chores, in planning my activities.
However, in others, I'm not so much... but I try. It's just like the Japanese tradition of Osoji: the practice of cleaning and tidying as a spiritual discipline. I need that discipline.

When I was a child, and a little now as an adult, I was always rebellious. I was always against discipline and order. I saw them as chains, as arbitrary rules to control my freedom. However, over time, through hard knocks against my own inefficiency and mental chaos, I've learned that both discipline and order are necessary for my progress, work, and peace of mind.

They are not enemies of freedom, but rather the foundations that make it possible. Without that structure, my energy is scattered and my goals become blurred.
There's a simple rule for everything I'm about to describe: before organizing your life, organize your space.
If I'm going to sit down to work, and my desk is full of papers, books scattered about, dirty coffee cups, tangled cables, and I don't even have enough space to properly position my arms to type, my mind starts at a disadvantage.

On the other hand, if I spend five minutes leaving only the essentials on the table, writing flows effortlessly. In fact, when I keep it clean, it's even better: I save myself the work and those 5 or 10 minutes of rearranging everything.
It's not magic or any secret. It's about eliminating physical distractions so that concentration doesn't slip away. The same applies to household chores. Planning and executing an organized cleaning makes the task less overwhelming and more manageable.
It's about applying logic before brute force.

On the other hand, as I eliminate external clutter, I also eliminate clutter within myself. Each object I decide to put away or discard is a small decision that trains my ability to make clearer choices. For me, accumulating things represents an accumulation of pending decisions and latent worries.
By clearing the physical space, I feel I clear my mind. The clarity I gain is not a vague feeling; it is a concrete ability to think more systematically and see problems more clearly, one after another, without them piling up in my head.

Cleaning works the same way. Haven't you ever felt bad, physically or emotionally, and thought you needed a bath? And then, after the bath, you immediately feel better, lighter, more refreshed: you feel better.
The same thing happens in life. When you clean your surroundings, when you sweep the dust or mop the floor, that physical and tangible act has an immediate effect on your mood. Focus on that the next time you do it and you'll see.
Dirt isn't just grime; it's laziness and procrastination—visible and common-sense facts (besides a lack of hygiene, of course). It's a lack of discipline.
By cleaning it, a sense of control and care is restored. The calm that follows is a direct result of having done something for oneself.

Our exterior is a mirror of our interior. By applying Osoji to the outside, we also apply it to our interior. This is not just an occasional practice for "spring days" or when we have guests.
I think we can all agree that what is watered in one's home is watered in all aspects of life.
I have been.
We must practice Osoji as a life discipline, every day, in the small tasks. Because it's not about having a perfect house, it's about forging a clearer mind and a more serene spirit through repeated and conscious action.
It's the spiritual discipline of attending to the immediate in order to access the profound.
Versión en español
Hola, amigos de @holos-lotus.
Les aseguro una cosa: yo intento ser una persona organizada. Lo triste es que, en muchos aspectos, lo soy: en mis trabajos, en mis labores del hogar, en mi planificación de actividades a realizar.
Sin embargo, en otras, no lo soy tanto... pero trato. Es tal y como dice la tradición japonesa del Osoji: la práctica de limpiar y ordenar como una disciplina espiritual. Yo necesito de esa disciplina.

Cuando era niño, y un poco ahora de adulto, siempre fui rebelde. Siempre estuve en contra de la disciplina y el orden. Las veía como cadenas, como reglas arbitrarias para controlar mi libertad. Sin embargo, con el tiempo, a base de golpes contra mi propia ineficacia y mi caos mental, he aprendido que ambas, disciplina y orden, son necesarias para mi progreso, trabajo y paz mental.

No son enemigas de la libertad, sino los cimientos que la hacen posible. Sin esa estructura, mi energía se dispersa y mis objetivos se vuelven difusos.
Existe una regla simple para todo lo que voy a describir en lo adelante: antes de ordenar tu vida, ordena tu espacio.
Si voy a sentarme a trabajar, y mi escritorio está lleno de papeles, libros regados, tazas de café sucias, cables enredados y no tengo ni siquiera espacio para colocar bien los brazos para escribir, mi mente empieza con desventaja.

En cambio, si dedico cinco minutos a dejar solo lo esencial sobre la mesa, la escritura fluye sin trabajo. De hecho , cuando lo mantengo limpio, es hasta mejor: me ahorro el trabajo y esos 5 o 10 minutos reordenando todo.
No es magia alguna ni ningún secreto. Es eliminar distracciones físicas para que la concentración no tenga fugas. Lo mismo se aplica a las tareas del hogar. Planificar y ejecutar una limpieza ordenada hace que la tarea sea menos abrumadora y más manejable.
Es aplicar lógica antes que la fuerza bruta.

Por otro lado, a medida que elimino el desorden externo, también elimino desorden en mi interior. Cada objeto que decido guardar en su sitio o desechar es una pequeña decisión que entrena mi capacidad de tomar decisiones más claras. La acumulación de cosas representa, para mí, una acumulación de decisiones pendientes y preocupaciones latentes.
Al despejar el espacio físico, siento que despejo la mente. La claridad que gano no es una sensación vaga; es una capacidad concreta para pensar con más orden y ver los problemas con mayor sentido, uno tras otro, sin que se me amontonen en la cabeza.

Con la limpieza funciona igual. ¿No les ha pasado que se sienten mal, física o anímicamente, y piensan que necesitan un baño? Y luego del baño, enseguida se sienten mejor, más ligeros, más renovados: se sienten mejor.
Lo mismo sucede en la vida. Cuando limpian su entorno, cuando barren el polvo o friegan el suelo, ese acto físico y tangible tiene un efecto inmediato en el estado de ánimo.
Concéntrense en eso la próxima vez que lo hagan para que vean.
La suciedad no es solo mugre; es desgano y postergación hechos visibles y de sentido común (además de falta de higiene, claro). Es falta de disciplina.
Al limpiarla, se restablece un sentido de control y cuidado. La calma que llega después es el resultado directo de haber hecho algo por uno mismo.

Nuestro exterior es el espejo de nuestro interior. Al aplicar el Osoji en el exterior, también lo aplicamos en nuestro interior. Esta no es solo una práctica ocasional para “los días de primavera” o cuando recibimos visitas.
Creo que todos estamos de acuerdo en que, el que es regado en su casa, lo es para todo.
Yo lo he sido.
El Osoji tenemos que practicarlo como una disciplina de vida, todos los días, en las tareas pequeñas. Porque no se trata de tener una casa perfecta, se trata de forjar una mente más clara y un espíritu más sereno a través de la acción repetida y consciente.
Es la disciplina espiritual de ocuparse de lo inmediato para poder acceder a lo profundo.
Congratulations @abelarte! You have completed the following achievement on the Hive blockchain And have been rewarded with New badge(s)
You can view your badges on your board and compare yourself to others in the Ranking
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOPCheck out our last posts:
Yo estoy rodeado de mujeres muy ordenadas y yo soy el desastre andante jaja 😅, envidio muy ligeramente a las personas ordenadas en ese aspecto por el hecho de que facilita lograr metas
En si aun pienso igual que tu cuando niño, solo que en mi caso soy bastante adulto y continuo golpeando la misma piedra jaja
Me animare a considerar lo que planteas, empezar por ordenar el espacio que me rodea, en mi caso, es que tengo tantas cosas desordenadas que no se por donde empezar pero lo importante es iniciar
A mi me afecta mucho es el desorden exterior, mi paz interna es increiblemente estable, me molestan o distraen pocas cosas, cada ser tiene habilidades distintas y me enfocare en equilibrar el desorden exterior con mi orden interior 🤗
Haz el ejercicio, ponte a ordenar el cuarto y verás, cuando terminas, que te sentirás mejor. Es una terapia, hermano. Este ejercicio es una terapia y calma la mente.
Te lo dice alguien que aún se considera regado jajaja, pero la vida me ha obligado a ordenarme.
Excelente reflexión. Me encantó tu post 🫂🫶
Gracias ☺️🫂
!LAD
Tal cual lo mencionas, me pasaba a mí: creía (y aún, pero menos) que la disciplina te quita libertad, hasta que vi un video que explicaba que al contrario de lo que se piensa, la disciplina más bien nos brinda libertad.
¡Gracias por tu publicación con tu experiencia y recomendaciones!