Following my instincts/ Siguiendo mis instintos (eng-esp)

Hello, friends of Holos & Lotus.
It's the second day in a row in the community, but I didn't want to miss the opportunity to participate in the initiative proposed by @damarysvibra.

It's a good thing we've tamed our animal instinct, as Damarys says. However, there are times when it surfaces unconsciously.

Yes, because even if it's educated through social norms of conduct, there comes a time, especially adolescence, when we have to learn to manage it.

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I discuss a lot of this with my teenage stepchildren when I see them get embarrassed at any hint of these instincts emerging.
I tell them it's normal for their age, since it's during this period that sexual awakening begins. So it's quite normal for them to see a girl and feel attracted, and they may even become aroused.
That's part of our instinct and is what keeps us from becoming extinct as a species. There's no need to feel ashamed of having them.
Oh, of course, you have to learn to control them. We must educate them: "tame the beast."

And speaking of beasts, what about our survival instinct?
I have witnessed occasions when a struggle arises between instincts. Sometimes the survival instinct clashes with the protective instinct.

I recently saw a video of a fire, where a young man jumped out of a second-story window to save himself.
Once downstairs, he asked for his brother to be saved, even in the burning building.
In his case, his survival instinct won out over his protective instinct.
The latter is much more powerful in parents.

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The maternal (or paternal) instinct is one of the most powerful and wonderful that exists. I have a friend who, in the first months of pregnancy, told me that she was going to be a terrible mother.
She argued that when she had to travel, she would leave her child with someone, but that being a mother wouldn't stop her professional career. And just thinking about that contradicted the concept of a good mother. Besides, she said, she felt nothing for her unborn baby.

Not being a woman or a father at the time, I told her to give it time, since I knew that the strongest instinct there is is the maternal instinct. And so it was.
As soon as the baby's first movements appeared in her belly, the first signs of that instinct awakening began to appear.
And as soon as she held her son in her arms, her life changed forever. She became stronger, more protective, and more of a fighter; she wasn't just fighting for herself, she was also fighting for her son.
Today, she is an exemplary and loving mother. At the same time, she continues to be an excellent professional, since motherhood doesn't necessarily have to put a stop to a career. We put the brakes on ourselves, not our families.

Of course, that doesn't mean that the birth of a child doesn't change our lives: it changes everything. But, to combat that and adapt, we need our preparation.

On the other hand...
There's something I hear and say quite often: my instinct tells me that...

This is something incredible and difficult to explain. Of course, it's an instinct. Some call it a sixth sense, a premonition; and often it is, since all of this can be confused with natural instinct.
Instinct, like knowing that something unknown to us is dangerous or beneficial. Or knowing what we should do.
Hasn't it happened to you that something tells you, "I shouldn't leave the house today; I shouldn't do this thing today"?
What explanation is there other than pure instinct?

And without elaborating further on the subject, which has plenty to cover, instinct is something as wonderful as it is inexplicable. We just see, "Thank you for having it," and let's listen more often, and we'll be better off.

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Versión en español

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Hola, amigos de Holos & Lotus.
Segundo día consecutivo en la comunidad, pero no quería dejar pasar la oportunidad de participar en la iniciativa propuesta por @damarysvibra.

Menos mal que hemos domesticado nuestro instinto animal, tal como dice Damarys. Sin embargo, hay ocasiones en que este aflora inconscientemente.

Sí, porque aunque esté educado a través de las normas de conducta sociales, hay una época, en especial la adolescencia, en el que tenemos que aprender a manejarlos.

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Mucho de esto converso con mis hijastros adolescentes cuando los veo que se apenan ante cualquier indicio de surgimiento de estos instintos.
Les digo que es normal en la edad que tienen, ya que en este periodo en el que comienza el despertar sexual. De modo que es muy normal que vean a una muchacha y se sientan atraídos e incluso, pueden llegar a sentirse excitados.
Eso es parte de nuestro instinto y es lo que evita que nos extingamos como especie. No hay que sentirse avergonzado de tenerlos.
Ah, claro, hay que aprender a controlarlos. Hay que educarlos: “domesticar a la fiera”.

Y hablando de fiera, ¿qué me dicen de nuestro instinto de supervivencia?
He sido testigo de ocasiones en que surgen lucha entre los instintos. Hay veces que el instinto de supervivencia se encuentra en combate con el instinto protector.

Hace poco vi un video de un incendio, donde un joven saltó por una ventana de un segundo piso para salvarse.
Una vez abajo, pidió que salvaran a su hermano, aún en el edificio en llamas.
En su caso, su instinto de supervivencia pudo más que el protector.
Este segundo, es mucho más poderoso en los padres.

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El instinto maternal (o paternal) es de los más poderosos y maravillosos que existen. Tengo una amiga que en los primeros meses de embarazo, me decía que ella iba a ser muy mala madre.
Alegaba que, cuando tuviera que viajar dejaría a su hijo con alguien, pero que el ser madre no podría detener su carrera profesional. Y de solo pensar en eso, contradecía el concepto de buena madre. Además, decía ella: no sentía nada por su bebé aún sin nacer.

Sin ser mujer ni padre en aquel entonces, le dije que le diera tiempo al tiempo, ya que sabía que el instinto más fuerte que existe, es el maternal. Y así fue.
Nada más tuvo los primeros movimientos del bebé en su barriga, comenzaron a aparecer los primeros indicios del despertar del instinto.
Y en cuanto tuvo a su hijo en los brazos, su vida cambió para siempre. Se hizo más fuerte, más protectora, más luchadora; ya que no solamente luchaba por ella, sino que también lo hacía por su hijo.
Hoy en día es una madre ejemplar y amorosa. Al mismo tiempo, continúa siendo una excelente profesional ya que la maternidad no tiene por qué necesariamente frenar una carrera. Los frenos nos los ponemos nosotros mismos, no nuestras familias.

Claro eso no quiere decir que el nacimiento de un hijo no cambien nuestra vida: lo cambia todo. Pero, para combatir eso y adaptarnos, está nuestra preparación.

Por otro lado...
Hay algo que escucho y digo bastante a menudo: mi instinto me dice que...

Esto es algo increíble y difícil de explicar. Por supuesto es un instinto. Algunos le dicen sexto sentido, premonición; y muchas veces lo son, ya que todo esto se puede confundir con el instinto natural.
Instinto, como saber que algo desconocido para nosotros, es peligroso o beneficioso. O como saber qué nos conviene hacer.
¿A usted no les ha pasado que algo les dice hoy no debo salir de la casa; hoy no debo hacer tal cosa?
¿Qué explicación tiene que no sea puro instinto?

Y sin ampliar más sobre el tema, que tiene bastante tela por donde cortar, el instinto es una cosa tan maravillosa como inexplicable. Solo vemos Gracias por tenerlo y escuchemos más a menudo, que nos irá mejor.